Las expectativas de crecimiento de la economía local continúan deteriorándose y persiste la incertidumbre sobre el ritmo de su recuperación, concluyeron los integrantes de la Junta de Gobierno del Banco de México (Banxico) en su reunión del 13 de agosto.
La minuta de ese encuentro para tomar una decisión de política monetaria revela que la opinión de los subgobernadores y el gobernador del Banco Central es que el consumo y la inversión al interior del país seguirán débiles en lo que resta del año como resultado de la evolución de la pandemia, menores ingresos en los hogares y bajos niveles de confianza.
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La reactivación dependerá de la contención de la epidemia de coronavirus, así como del desarrollo de una vacuna o un tratamiento eficaz.
Uno de los integrantes de la Junta señaló que ante una recesión de una magnitud no vista en 88 años, todavía no se vislumbra un patrón de recuperación y diversos escenarios sugieren un periodo de entre dos y hasta seis años para que el PIB regrese al nivel observado en 2018.
Otro miembro mencionó que el grado de fragilidad de la recuperación es alto si se considera el daño de mediano y largo plazos sobre las empresas y la inversión.
El contenido de la minuta revela además un aumento en las preocupaciones sobre el comportamiento de los precios. El balance de riesgos para la inflación se mantiene incierto debido a que los recientes aumentos presionaron al alza las expectativas de este indicador.
La debilidad de la economía se reflejó en la balanza comercial del mes de julio reportada este jueves por el Inegi, que registró su segundo superávit histórico, con cinco mil 798 millones de dólares, resultado de una mayor fortaleza de la demanda externa sobre la interna.
Para el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, la recuperación del comercio "va a llevar un tiempo", pero para finales de año volverá casi a la normalidad, pronosticó en su conferencia matutina.
“Un superávit no necesariamente es algo positivo, en especial cuando es muy abultado”, aclaró el subgobernador del Banxico, Jonathan Heath, en Twitter.
De acuerdo con el Inegi, en julio las exportaciones totales de mercancías crecieron 9.81 por ciento respecto al mes anterior, mientras que las importaciones aumentaron solo 3.19 por ciento.
Lo anterior significa que en economías como la de Estados Unidos la demanda de bienes está creciendo de forma más acelerada que en México.
“Que las exportaciones se estén incrementando habla de una fortaleza en la demanda externa, es decir, que en Estados Unidos (principal destino de los envíos mexicanos) están demandando más bienes porque la recuperación está siendo más rápida”, comentó Gabriela Siller, directora de Análisis Económico Financiero de Banco Base.
El sector automotriz incrementó los envíos 39 por ciento respecto a junio, lo que tiene que ver con cambios en los patrones de consumo, ya que las personas en ese país prefieren viajar en auto propio en lugar de transporte, para evitar riesgos de contagio, añadió la economista.
En cambio, dijo, las importaciones se muestran débiles ante la caída dramática en la actividad económica en México, lo que se traduce en menores ingresos para las personas y empresas y esto se refleja en mayor cautela en compras e inversión.
José Luis de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económicos (IDIC), apuntó que un superávit elevado en la balanza comercial se da cuando el país está en crisis, ya que muestra que el mercado interno baja más su demanda de bienes intermedios y de maquinaria y equipo.
El resultado de julio revela además que el estancamiento de la economía prevalecerá en lo que resta del año porque las empresas no están invirtiendo para producir rumbo al cuarto trimestre.
“Lo que se observa es que no se compraron insumos intermedios ni maquinaria ni equipo destinados a la producción en los siguientes meses, es decir, la caída en las importaciones muestra que el cierre de año seguirá mostrando debilidad”, agregó.
