A diario, cientos y cientos de personas caminan por el Centro de Tampico: conversando, comiendo, mirando escaparates, esperando el cambio de semáforo, rumbo a su hogar, negocio u oficina.
El bullicio es innegable. Pensando en brindar un espacio seguro y cómodo para los transeúntes, en 1998, se presentó el proyecto de la zona peatonal de Salvador Díaz Mirón.
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Preservado por el Archivo Municipal de Tampico, el documento de la oficina de Obras Públicas, en asociación con la Subdirección de Proyectos, Costos y Normas, presentó la justificación social de la iniciativa, junto con el presupuesto y un boceto del diseño pensado para la calle peatonal de Salvador Díaz Mirón, entre las vialidades Olmos y Aduana.
¿Por qué construir un sendero para los caminantes?
El 02 de octubre de 1998, el alcalde Diego Alonso Hinojosa Aguerrevere solicitó por escrito al presidente del Fideicomiso del Centro Histórico de Tampico (Ficetam), apoyo financiero para la construcción de un espacio abierto para los viandantes.
El objetivo de la propuesta se desglosaba en tres ideas principales.
Primero, fomentar la reactivación económica de la ciudad por medio del comercio. La lógica dictaba que, a mayor circulación de peatones, se produciría un aumento en el número de clientes potenciales.
Segundo, se buscaba ceder un área exclusiva para el tránsito de los transeúntes para permitir momentos de esparcimiento y recreación artística, donde los caminantes pudieran apreciar la arquitectura de los edificios históricos limítrofes.
Tercero, el sendero iba a fungir como una conexión entre dos de los principales puntos del Centro de la ciudad, a saber, la Plaza de Armas y la Plaza de la Libertad.
Para cumplir tales propósitos, el Ayuntamiento municipal planeaba, de acuerdo al documento, “levantar pavimento, instalar mosaico, columnas ornamentales de piedra y bancas para dar integridad y armonía a Tampico”.
La inversión proyectada para la obra era de 755 mil 927 pesos con 89 centavos. Incluía los materiales, herramientas y mano de obra necesaria para construir y colocar arbotantes de aluminio con base de cemento y acabado de granito; además de bancas ornamentales con jardinera integrada y un tapete decorativo con acabados de laja de mármol y frijolillo seleccionado.
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Caminante no hay camino, se hace camino al andar
En la zona Centro de Tampico, cientos de carros, autobuses, camionetas, motocicletas y bicicletas circulan a diario.
Entre las prisas, los embotellamientos, el estrés, los pendientes, el claxon y los imprevistos, los conductores intentan llegar de un punto a otro de la ciudad. Sin embargo, durante su trayecto, aparecen los caminantes.
La existencia de los peatones se reconoce y regula en el Estado por medio de la Ley de Tránsito. En el artículo 16 se indica que los transeúntes tienen preferencia en la circulación en vía pública. Por tanto, a los conductores de vehículos automotores les corresponde ser amables con ellos, velando por su seguridad y protección.
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La amabilidad entre conductores y peatones, acorde a la Ley, se traduce en: ceder el paso y brindar tiempo para abordar o descender del transporte público o privado.
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Por su parte, el Reglamento de Tránsito del Estado de Tamaulipas establece las responsabilidades de los viandantes, a saber, cruzar por las esquinas; caminar por las banquetas y zonas marcadas para el cruce; además de usar los pasos a desniveles.
De igual manera, los peatones deben evitar a toda costa el uso de patines, patinetas y similares en la vía pública. Se especifica también que, bajo ninguna circunstancia, pueden invadir las calles de manera intempestiva cuando hay tráfico intenso
La importancia de ser un transeúnte
La Organización Mundial de la Salud (WHO, por sus siglas en inglés) recomienda, en la edad adulta, practicar mínimo 300 minutos de intensidad física moderada a la semana, para mantener un buen nivel de salud.
Andar a pie representa un ejercicio de impacto medio para el cuerpo.
El cual ayuda a reducir los síntomas de ansiedad, estrés y depresión, fomentando una mejora en el organismo tanto a nivel físico como mental.
Si lo piensas, además de todo, caminar ayuda a reducir los niveles de contaminación. Si más gente anduviera a pie, disminuyen los niveles de dióxido de carbono. Pero no es solo eso, las zonas peatonales impulsan un diseño urbano más amigable e inclusivo para las ciudades, declara para EL SOL DE TAMPICO, Karen Medina Méndez, arquitecta.
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En 1973, el poeta español Antonio Machado escribió: Caminante no hay camino, se hace camino al andar. No obstante, en la actualidad, no es fácil transitar a pie por las calles. De ahí la importancia de celebrar hoy el Día del Peatón y de construir una zona peatonal como la de la calle Salvador Díaz Mirón.