Yésica Jazmín: “Pesa más ver que le falta algo a mi hijo,que mi carrito”
El día para Yésica Jazmín comienza con la atención a supequeño de cuatro años. Cada mañana ella lo alista para llevarloa la guardería desde la colonia Venustiano Carranza, en la parteoriente de Altamira, hasta la zona centro de la ciudad. Luegoempieza el día laboral con la compra de los materiales y friturasque a diario expende en su carrito de madera por las calles de lallamada urbe industrial.
“No sé cuántos kilómetros ni cuántos pasos doy para ganarpara la comida y la ropita del niño, pero sí sé que nunca essuficiente todo lo que camino, pues todo está ya muy caro y cadavez es más difícil. Tampoco sé cuánto pesa el carrito, peropesa más ver que a mi niño le falte algo. ¿Qué hacemos?Nosotros tenemos que seguir adelante porque es el ejemplo quetengo”, mencionó la joven de 22 años de edad.
Vender golosinas y trolelotes fue lo que me sacó a míadelante, indicó, “pues mi madre hace lo mismo y yo ahora tengomi propio carrito. Después que regreso de comprar todo lo que voya vender lo acomodo, lo preparo y salgo a las calles, desde laUnidad Deportiva, en la zona centro, caminando hasta la una de latarde, que es a la hora que voy por el niño”.
“El niño me acompaña toda la tarde, vamos a comer a fondasdonde ya me conocen o de plano nos echamos un taquito donde nosagarre. Así andamos de aquí para allá hasta más o menos lassiete de la noche, que es cuando regreso a guardar mi mercancía yme voy para la casa a seguir con tareas y atender bien a mihijo”, explicó la comerciante.
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"Para él todo a esta edad es un juego, lo llevo conmigo, porquemi mamá todavía vende dulces en las calles. A veces se ponetriste porque llueve y no podemos salir a vender o hace mucho fríoy tenemos que estar en un solo lugar; pero la mayor parte juega yse entretiene con lo que vamos encontrando en el camino”.
¿El Día de la Mujer? -pregunta extrañada- “no sabía que yaiba a ser, pero me imagino que para muchas ha de ser un díanormal, sobre todo si tienen que ganarse el pan como una,trabajando todo el día. Yo considero que en lugar de hacer algo undía al año mejor crear programas que de verdad apoyen a quienesquieren sacar a sus hijos adelante”.
“Nosotros por ejemplo, quienes tenemos que empujar un carritopara ofrecer productos tenemos muchos problemas en las calles,sobre todo con los automovilistas que en algunas ocasiones norespetan que estamos trabajando y nos echan los carros encima; esurgente que tránsitos nos apoyen y pongan más atención a esto,porque de ocurrirnos algo pues dejamos de llevar el pan a nuestracasa”, expuso.
Agregó que “sería importante que en lugar de festejo nosdieran oportunidades de financiamiento, que hagan un censo para quevean cuántas mujeres andamos en la venta ambulante y somos madresy jefas de familia, que exista un programa que busque apoyarrealmente a la mujer que no tiene oportunidades”.
Ese es el mejor reconocimiento, aseveró, “dar lasoportunidades que se necesitan para que las mujeres podamos seguirestudiando, podamos tener una casa si somos trabajadoras y jefas defamilia, podamos darles a nuestros hijos todo lo que se merecen,ese sí sería un buen homenaje para la mujer: ayudarla a tener unamejor condición de vida”.
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