Mientras que los huastecos gustaban de adornar el suelo con flores de cempasúchil para señalar a los muertos el camino de regreso al mundo de los vivos. Los mayas, en cambio, creían que el Inframundo estaba siempre abierto y se accedía a él, a Xibalbá, a partir de grutas subterráneas. Dichas cuevas continúan abiertas, ¿quieres saber cómo entrar?
La traducción al español de Xibalbá sería: “lugar del miedo”. Se cree que la puerta a la morada de los muertos se encontraba en las profundidades de las cavernas. Sitios elegidos aparentemente para ser usados como necrópolis y escenario de sacrificios humanos.
La ubicación del Inframundo
Gracias a la nota “¿Te animas a recorrer el inframundo maya? Atrévete a descubrir un sitio único” escrita por Ali Wunderman para National Geographic, sabemos la siguiente información:
Entre los principales sitios arqueológicos y turísticos de Belice, pertenecientes a la cultura maya, se encuentran Actun Tunichil Muknal (ATM) y la reserva de Barton Creek. Esta última, en específico, es la gruta subterránea más grande del país y uno de los caminos conocidos a Xibalbá (acorde a la mitología, por supuesto).
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En Actun Tunichil Muknal, en parte sepulcro en parte sitio ceremonial, se encuentra la “Doncella de cristal”, un esqueleto con apariencia de gema debido a siglos de desgaste y acumulación de calcio.
Los sacrificios humanos
Se piensa que cuando los mayas sufrían épocas de hambruna, sequía, enfermedad o infertilidad solían sacrificar miembros de la comunidad. Verbigracia, se piensa que la “Doncella de cristal” terminó sus días como tributo a los dioses.
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La civilización era politeísta y consideraba que diversas figuras divinas controlaban por completo la existencia. Entre ellas: “Chac” del clima, “Hun Hunahpu” de la cosecha e “Ixchel”, diosa de las parejas.
¿Quiénes fueron (son) los mayas?
Gracias a la nota “¿Quiénes fueron los mayas?”, de la pluma de Erin Blakemore, también para National Geographic, sabemos los siguientes datos:
La civilización abarcó gran parte del actual territorio de América Central, desde el sur de México (Yucatán, por ejemplo) y toda la región de Belice y Guatemala. Se cree que a partir del año cuatro mil antes de la era conocida surgieron y proliferaron los asentamientos humanos gracias al cultivo del maíz, calabaza, yuca y frijoles.
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Además de vestigios de pirámides y ciudades de piedra, se ha encontrado pruebas de sistemas de purificación de agua, redes de agricultura y comercio, junto con interés por la astronomía.
La nota de Wunderman finaliza con la aseveración que “abrazar la oscuridad de las cuevas” es contemplar la entrada al Inframundo tal y como una vez lo hicieron los mayas. ¿Qué te parece, te animas a adentrarte a las profundidades de la tierra a buscar el Xibalbá?
