Lleva dos meses en la noche polar, levantando nieve, soportando tormentas y siendo mordido por cangrejos. Así es el trabajo en Alaska y un joven mexicano comparte en sus redes como es la vida descargando pescado en esa parte del mundo.
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Desde su cuenta de TikTok, Andrés Sámano, muestra el día a día arriba de las embarcaciones pesqueras haciendo uno de los trabajos más duros que existen, pero también uno que recibe las mejores remuneraciones económicas.
"Me gusta trabajar en este barco": Andrés Sámano
“Enganchamos la tapa donde vienen los peces, desatornillamos, y miren la belleza de estos animales, con qué naturalidad y sencillez nadan”, narra el joven en un video, durante una madrugada lluviosa en el barco “Ballyhoo”.
Una vez que han vaciado el agua, la montaña de peces es colocada en un enorme cesto. “Que se me cae el pescado y que lo vuelvo a aventar, que me empapan, que me avientan baba rara”, cuenta con humor mientras transcurre la ardua jornada en las aguas de la isla Unalaska.
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“El clima aquí es muy raro, cambia cada dos segundos, pero me gusta trabajar en este barco, la raza es bien chida y pone corridos tumbados”, explica.
Afirma que ha encontrado una comunidad muy solidaria en la isla y que se ha encontrado a mexicanos, salvadoreños, filipinos y más gente del resto del mundo y que en ningún momento ha tenido problemas para comunicarse.
“Yo hablo tres pesos de inglés; el punto es echarse la mano y buscar siempre soluciones, siempre se puede”, explica en otro de sus videos.
¿Cómo fue que el joven llegó a trabajar hasta Alaska?
El joven cuenta que llegó a Estados Unidos trabajando en labores de jardinería, regresó una temporada a México, estudió una licenciatura en Puebla y decidió emigrar nuevamente. La situación económica de la vida postcovid en Estados Unidos resultó complicada y es por un tío que se entera de la oportunidad laboral en Alaska.
“Apliqué y después de tres semanas me llamaron e inició mi proceso y es así como después de perder mis maletas, llegué un 29 de septiembre”, señala.
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Andrés agradeció a la gente que apoya sus videos “y que tiran la bendición”, aunque afirma que no es tiktoker, ni influencer y que solo intenta vivir su vida “como un tipo normal de 22 años que sube cosas de lo que hace”, dice el joven mexicano que muestra en redes cómo es la vida descargando pescado en Alaska.