Manabu y Yayoi es la pareja de japoneses que viajan en bicicleta por México, en una travesía que va de Alaska hasta Argentina, este día llegaron al sur de Tamaulipas donde percnotan para mañana seguir su rumbo llevando un mensaje de amor.
Los ciclistas, de 48 y 51 años de edad, salieron de Horoshima, Japón, y tienen la mira puesta en el cono sur de América, llegaron a Altamira, procedentes de Aldama.
Manabu afirmó que está travesía la hacen para promover la paz en el mundo, mayormente cuando varias naciones están en guerra y muere gente inocente.
"Queremos que haya paz, que la gente sea feliz y nosotros con nuestro recorrido que venimos haciendo les decimos a todos que queremos que haya paz, mayormente cuando estamos rodeados de una bella naturaleza que debemos disfrutala", destacó quien se desempeña como masajista en el país nipón.
Seis meses de camino
De la pareja él habla más o menos el español y el inglés lo entiende a la perfección, al igual que su esposa.
Viajan en sus respectivas bicicletas de fabricación norteamericana, en ellas transportan desde sus casas de campaña, estufa portátil, comida, ropa y lo mejor, el ánimo de pedalear cada día para cumplir su meta que es en los siguientes meses llegar a Ushuaia, Argentina.
"Llevamos seis meses en esta travesía desde que salimos de Alaska, aquí en territorio mexicano llevamos apenas ocho días desde que entramos por Tamaulipas”, dijo.
Hoy pecnotarán en Tampico, previendo dormir en la estación de bomberos y descansarán, al parecer dos a tres días.
Sus hijos los siguen en redes sociales
El carismático japonés es padre de familia de dos hijos, un hombre de 28 y una mujer de 26 años, quienes los siguen por medio de redes sociales.
Entre bromas dijo que desea que la selección de fútbol sea la número uno en la próxima Copa del Mundo ya que es admirador de Guillermo Ochoa.
"Agradezco al pueblo de México su hospitalidad, el apoyo de las autoridades por cuidarnos en la carretera, además de la gente que sale a vernos y recibirnos así como darnos de comer", agregó Manabu.
En su breve estancia en la localidad Esteros de Altamira, la gente salió para conocerlos, saludarlos, tomarse la foto del recuerdo y hasta regalarles un pollo asado.
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Manabu y Yayoi reciben el cariño de los lugareños por cada sitio que pasan, recargando energías para posteriormente seguir en su recorrido en bicicleta llevando su mensaje de amor y paz.