Un retrato no solo captura la imagen de una persona, sino que también detiene el tiempo en ella. ¿Qué pasaría si intentáramos recrear esa foto? Gracias al trabajo de un artista de la lente podemos saberlo, ya que desde 2016 se ha dedicado a rastrear con empeño a todos aquellos a los que retrató por primera vez desde 1970.
RECREÓ 168 FOTOS
En Inglaterra, Chris Porsz ha localizado a las personas que retrató de manera espontánea para recrear las fotografías más de 40 años después.
Porsz, paramédico jubilado y fotógrafo aficionado, tomó imágenes de personas disfrutando de un plato de patatas fritas, de noches de fiesta, y de viajes a la feria durante los años 70 y 80. Decidió que sería divertido intentar reconstruir exactamente las mismas fotografías, aunque las personas fotografiadas tuvieran cuatro décadas adicionales de vida.
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Sorprendentemente, ha conseguido recrear 168 instantáneas en el espacio de un año, especialmente gracias al poder de las redes sociales.
Entre los retratados reunidos, se encuentran Howard y Sharon Marshall, que fueron vistos por primera vez mirando anillos de boda en 1981. La unión tuvo lugar, y la pareja acaba de celebrar su 40 aniversario.
CADA FOTO, UNA HISTORIA
Esta es la segunda serie de fotos que recrea, después de que la primera se publicara en su libro de 2016, titulado “Reuniones”, que se considera el primero de este tipo.
El proyecto se inició cuando algunos de sus retratados se reconocieron después de que publicara sus fotos en periódicos locales y nacionales, en su página web y en Facebook.
El éxito del libro ha sido tal que ha decidido lanzar una segunda edición y ha convencido a más personas para que posen ante la cámara.
Chris empezó a interesarse por la fotografía tras comprar una cámara cuando nació su primer hijo, Simon, en 1978. Al principio sólo utilizaba la cámara para las fotos de la familia, pero después empezó a caminar por las calles en busca de inspiración.
Sin embargo, en 1986 se convirtió en paramédico y, con tres hijos, la vida se volvió, como era de esperar, demasiado ajetreada y tuvo menos tiempo para dedicarse a su afición.
Sus álbumes de fotos se quedaron acumulando polvo hasta 2009, cuando envió algunas de sus viejas fotos a su periódico local. Los lectores se enamoraron de ellas y pronto recibió cartas de quienes se reconocían en las fotos.
En su libro, cada fotografía va acompañada de las historias de las personas. Muchas son felices, otras tristes, pero todas merecen ser leídas.