Es uno de los objetos indispensables en la higiene de la cocina, se lleva bien con el agua, cloro y jabón pero puede no estar del todo limpia para “fregar” los trastes.
Es agradable al tacto, solo pesa unos gramos pero es resistente, sus colores son amarillo y verde, respectivamente en la mayoría de los casos y como ya se dijo, no puede faltar en la cocina.
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¿POR QUÉ PODRÍA NO SER HIGIÉNICA?
De acuerdo con los especialistas, si bien su uso frecuente se combina con agua y jabón e incluso cloro, esto no garantizaría que la esponja esté lo más limpia posible.
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Ello porque siempre están en ambientes húmedos y con frecuente contacto con restos orgánicos lo que las hace propensas a desarrollar y albergar un sinfín de bacterias.
CAMBIO FRECUENTE
Por ello los especialistas recomiendan que sea cambiada cada semana de uso para garantizar mayor higiene sin embargo, si esto no es posible, hay alternativas.
¿CUÁLES SON?
Sobre ello, mientras tienes la esponja, puedes aplicar un truco sencillo para garantizar su máxima higiene y utilidad para el lavado de trastes en la cocina.
Entre ellos y más recomendable está lo que propone el Centro Nacional para la Información Biotecnológica de Estados Unidos que recomienda utilizar el microondas.
Explica que colocar la esponja en el este aparato, que también se ha integrado a la cocina mexicana, ayuda a exterminar con el 99% de las bacterias en ella.
¿CÓMO HACERLO?
En ese sentido se explica que para mejores resultados, se debe humedecer un poco la esponja y colocarla en el microondas por al menos un minuto y no más de dos.
Un aspecto importante es asegurarse que la esponja no contenga ninguna parte metálica o aluminio ya que esto podría generar daños considerables al microondas.
Debes estar atento para evitar que la esponja también se dañe recomendando una mezcla de uno a 10 de agua y cloro para evitar que las bacterias se sigan acumulando.