De acuerdo con la Asociación de Tatuajes de Corea, en el país, al menos un millón de personas tienen tatuajes actualmente. Ante el actual empoderamiento de la mujer, en estos tiempos existe una coreana que vive en riesgo por ser tatuadora.
MUCHAS TATUADORAS PREFIEREN ATENDER A CLIENTAS
Las tatuadoras están expuestas constantemente al acoso sexual por los clientes, pero como trabajan por debajo del agua no se atreven a denunciar estos actos.
Ragyeom, una tatuadora de ese país, ha expresado que, “el tatuaje es un negocio ilegal, por lo que revelarnos a la policía nos pone en riesgo”, compartió para Insider, agregó que aunque se encuentren como víctimas de abuso.
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Acorde con un artículo de Insider, es por esta razón que muchas prefieren trabajar exclusivamente con clientas, Adicionalmente cuenta que muchas colegas han recibido imágenes sexuales, de igual manera, son actos no denunciados.
Así que las tatuadoras experimentan desafíos más fuertes que se tienen que derribar.
LA INDUSTRIA DEL TATUAJE EN COREA
La industria tiene al menos un valor de 200 mil millones de won, lo equivalente a 1654 millones de dólares anualmente.
Los mejores tatuadores pueden llegar a cobrar hasta 400 dólares por hora, aunque sí son jóvenes podrían ganar mucho menos.
En Corea del Sur se le conoce al tatuaje como procedimiento médico que solo pueden ejercer profesionales con licencia, lo que deja a muchos tatuadores en la sombra.
En caso de que los atrapen a quienes no sean médicos, los tatuadores se enfrentan a una sentencia mínima de dos años de prisión o una multa que oscila en más de un millón de won, lo equivalente a 822 dólares.
Así que existe una paradoja de la profesión, debido a que se posicionan en las redes sociales para conseguir clientes, pero a la vez esconden sus talleres en los sótanos para evitar la ley.