Los poemas de amor que Sor Juana le dedicó a la virreina María Luisa

La mujer que se vistió de hombre para tener acceso a la educación fue una brillante en el arte literario, genuino don que llevó a plasmar su amor en sus obras a la virreina de México

Iveth García | El Sol de Tampico

  · viernes 12 de noviembre de 2021

Sor Juana Inés de la Cruz | Cuartoscuro

Hoy nace de las mentes más brillantes de las letras, se trata de Sor Juana Inés de la Cruz, quien en 1648 vio por primera vez la luz, y a 373 años te presentamos su historia de amor a través de sus poemas.

Juana Inés de Asbaje y Ramírez de Santillana, su nombre real, es una mujer icónica, pero no solo por sus letras, sino porque su historia en la que rompió paradigmas de su época, en el nada feminista del siglo XVII donde ni la vida religiosa, ni la matrimonial, ni las ceremonias reales satisfacía a ella satisfacciones emocionales o sentimentales.

Los cocodrilos son una especie abundante en el sur de Tamaulipas | Crédito: Pixabay

NEPTUNO ALEGÓRICO Y SU CRISTALIZACIÓN POÉTICA

1680 fue un año muy significativo, ya que compone el "Arco Triunfal del Neptuno" en relación con la llegada reciente a la Ciudad de México de los virreyes, Tomás de la Cerda y Aragón, marqués de la Laguna y a su esposa María Luis Manrique de Lara y Gonzaga.

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A partir de ese momento quedó marcada la poeta, ya que los virreyes quedaron encantados con su prosa y también buen parte del clero la aceptó, por lo que sería el comienzo de una larga y fructífera amistad en la que ambos se convertirían en sus promotores.

SU AMOR PLASMADO EN EL SONETO A "LISI"

De acuerdo con historiadores, Sor Juana plasmó en sus líricas el amor hacia la virreina de la Nueva España (México) a quien le llamaba con cariño “Lisi”, a pesar de sus votos a Dios se mostró atraída por ella, ambas se mandaban cartas y forjaron algo más allá de una amistad, para muestra el siguiente soneto:

“Yo adoro a Lisi, pero no pretendo

que Lisi corresponda mi fineza;

pues si juzgo posible su belleza,

a su decoro y mi aprehensión ofendo”.

Divina Lisia mía:

Perdona si me atrevo

A llamarte así, cuando

Aún de ser tuya el nombre no merezco.

A esto, no osadía

Es llamarte así, puesto

Que a ti te sobran rayos,

Si en mí pudiera haber atrevimientos.

Error es de la lengua,

Que lo que dice imperio

Del dueño, en el domino,

Parezcan posesiones en el siervo.

EXCUSÁNDOSE

De acuerdo con el ensayista y poeta Sergio Téllez, son casi 50 poemas los que escribió Sor Juana para la virreina, donde se mostraba lo enamorada que se encontraba y lo correspondida que era.

Y aunque el amar tu belleza

Es delito sin disculpa,

Castíguense la culpa

Primero que la tibieza.

No quieras, pues, rigurosa,

Que estando ya declarada,

Sea de veras desdichada

Quien fue de burlas dichosa.

Si culpas mi desacato,

Culpa también tu licencia;

Que si es mala mi obediencia,

No fue justo tu mandato.

ENVÍA UNA ROSA A LA VIRREINA

Muestra una estrecha amistad con la virreina de la Nueva España para quien escribió intensos poemas de amor.

Ésa, que alegra y ufana

de carmín fragante esmero,

del tiempo al ardor primero,

se encendió llama de grama;

preludio de la mañana

del rosicler más ufano

es primicia del verano,

Lisi divina, que en fe

de que la debió a tu pie

la sacrifica tu mano.

EL AMOR SIN TABÚES

Aunque no hay manera de saber a ciencia cierta la sexualidad de Sor Juana, conocida también como “Fénix de América” o “La décima musa”, lo más cercano es leer sus poemas, no solo el que le canta directamente a “Lisi”, existen otros como el de “Amor” en el que aborda el rechazo.

Esta tarde, mi bien, cuando te hablaba,

como en tu rostro y tus acciones vía

que con palabras no te persuadía,

que el corazón me vieses deseaba;

y Amor, que mis intentos ayudaba,

venció lo que imposible parecía:

pues entre el llanto, que el dolor vertía,

el corazón deshecho destilaba.

Baste ya de rigores, mi bien, baste:

no te atormenten más celos tiranos,

ni el vil recelo tu inquietud contraste

con sombras necias, con indicios vanos,

pues ya en líquido humor viste y tocaste

mi corazón deshecho entre tus manos

TRIÁNGULOS AMOROSOS

Según varios especialistas, entre ellos, Octavio Paz, en las obras literarias de la poetisa nacida en el poblado de Nepantla, del Valle de México, se plasmaba algo más que una amistad entre ambas. En el siguiente se deja entrever un triángulo amoroso.

Al que ingrato me deja, busco amante;

al que amante me sigue, dejo ingrata;

constante adoro a quien mi amor maltrata,

maltrato a quien mi amor busca constante.

Al que trato de amor, hallo diamante,

y soy diamante al que de amor me trata,

triunfante quiero ver al que me mata

y mato al que me quiere ver triunfante.

Si a éste pago, padece mi deseo;

si ruego a aquél, mi pundonor enojo;

de entrambos modos infeliz me veo.

Pero yo, por mejor partido, escojo;

de quien no quiero, ser violento empleo;

que, de quien no me quiere, vil despojo.

AMOR DE LEJOS

La utilización de las figuras retóricas, poco conservadores, sin tabúes, convencionalismos o fórmulas la han convertido en el máximo exponente de la literatura hispanoamericana del siglo XVII y la última poeta del Siglo de Oro. El siguiente fragmento habla sobre un amor de lejos,

Amado dueño mío,

Escucha un rato mis cansadas quejas,

Pues del viento las fío,

Que breve las conduzca a tus orejas,

Si no se desvanece el triste acento

Como mis esperanzas en el viento.

Óyeme con los ojos,

Ya que están tan distantes los oídos,

Y de ausentes enojos

En ecos de mi pluma mis gemidos;

Y ya que a ti no llega mi voz ruda,

Óyeme sordo, pues me quejo muda.

(…)

AMOR INOPORTUNO

A pesar del amor, este romance nunca se consumó, en esa época hubiera sido un escándalo, además de que Sor Juana estaba consagrada a Dios y la virreina “Lisi” se encontraba casada. El siguiente poema habla sobre ese amor inoportuno, presenta a un amor incómodo y a un amor que al parecer ella desea.

Dos dudas en que escoger

Tengo, y no se a cual prefiera,

Pues vos sentís que no quiera

Y yo sintiera querer.

Con que si a cualquiera lado

Quiero inclinarme, es forzoso

Quedando el uno gustoso

Que otro quede disgustado.

Si daros gusto me ordena

La obligación, es injusto

Que por daros a vos gusto

Haya yo de tener pena.

Y no juzgo que habrá quien

Apruebe sentencia tal,

Como que me trate mal

Por trataros a vos bien.

(…)