En la serie “The good doctor” seguimos la vida de Freddie Highmore, un joven cirujano con autismo y síndrome del sabio que usa sus dones extraordinarios para salvar vidas y desafiar el escepticismo de la gente a su alrededor.
Y aunque la producción de Sony es una historia ficticia, la relación del autismo y el desarrollo de habilidades a niveles prodigiosos es algo sigue intrigando a la ciencia.
“UN GRAN MÚSICO QUE NUNCA TOMÓ UNA CLASE”
De acuerdo a un artículo publicado en la revista Philosophical Transactions, el síndrome del sabio es una condición rara que se presenta en una de cada 10 personas con trastorno del espectro autista.
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"También se puede llegar a generar en otras discapacidades del desarrollo, o en otros tipos de lesiones o enfermedades del sistema nervioso central", afirma Darold A. Treffert, investigador de la Escuela de Medicina de la Universidad de Wisconsin.
El neurocientífico José Antonio Muñoz Yunta evoca el caso de Leslie Lemke, a quien describe como un extraordinario músico y compositor, y quien nunca tomó una clase de música.
"A los 14 años de edad tocó, por primera vez y a la perfección, el concierto número uno de Tchaikovsky, que sólo había oído una vez, el día anterior, en su casa por la televisión", expuso el médico de la unidad de neuropediatría del Hospital de Mar, en Barcelona.
Leslie Lemke tiene un historial médico de prematuridad, hipoxia perinatal, sufrimiento cerebral, trastornos del desarrollo y ceguera.
LA VIDA DE ESTE SABIO INSPIRÓ UNA PELÍCULA
Así como despuntan en las bellas artes, estas personas asombrosas también lo hacen en las áreas de las matemáticas. El caso más conocido es el de Kim Peek, llamado también la “enciclopedia ambulante”, y que podía recitar de memoria datos de más de 5 mil libros.
"Se comportaba como un aparato GPS de un automóvil, pues informa a quien se lo pide de las carreteras que entran y salen de cada ciudad de Estados Unidos; sabía todos los códigos telefónicos, distritos postales, emisoras y canales de televisión", afirma Muñoz Yunta.
Kim -quien fue la inspiración para el personaje de Raymond en la película Rain Man, interpretado por Dustin Hoffman- murió en 2009. Sufría serias limitaciones para controlar sus necesidades básicas, y precisaba la ayuda de su padre para casi todas su actividades.
“TENEMOS MUCHO QUÉ APRENDER”
La ciencia aún no ha encontrado una explicación satisfactoria respecto al síndrome del sabio. Tras diversos estudios neuropsicológicos, el doctor Treffert tiene la teoría que dicha condición se origina tras una compensación que hace el cerebro entre sus hemisferios.
"Puede ocurrir que una persona con una lesión del hemisferio izquierdo del cerebro, puede conducir a la facilitación de las habilidades artísticas o musicales, que son las que opera el hemisferio derecho”.
Para Treffert, este síndrome es una muestra más de la maravillosa complejidad del cerebro, del que todavía queda mucho por aprender, no sólo desde lo científico, sino desde lo humano “por todo lo que aportan estas personas extraordinarias a nuestras vidas”.