Seguramente, en más de una ocasión te ha surgido la duda sobre la inmunidad, si se otorga con o sin vacunas tras haberse contagiado de Covid-19. Actualmente, ya no partimos con inmunidad cero, ya que muchos se han vacunado o han pasado por la enfermedad.
Si pretendemos comparar la inmunidad natural y la que confieren las vacunas, hay que tener en cuenta que al vacunar buscamos una respuesta inmunológica que neutralice al virus y además nos ofrezca protección a muy largo plazo.
Es importante mencionar que, los elementos fundamentales del sistema inmunológico para hacer frente a la infección son dos: los anticuerpos y las células T.
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Los anticuerpos se adhieren a la superficie del virus y lo marcan para que sea destruido. Mientras que las células T pueden detectar cuáles de nuestras propias células han sido infectadas por el virus y destruirlas.
De acuerdo con los investigadores, el virus es simple, tiene la famosa espiga, una proteína que es, por decir así, la llave que usa para llegar a las células del organismo humano, existen otras 28 proteínas que se necesitan para “secuestrar” las células y hacer miles de copias de sí mismo.
VACUNADOS QUE TUVIERON COVID
Diversas investigaciones muestran que las vacunas contra el Covid-19 proveen protección adicional para aquellos que ya han contraído una infección por SARS-CoV-2, el virus que lo causa.
Las vacunas son seguras y efectivas en proteger a las personas contra la enfermedad, inclusive para aquellos que ya la han tenido, y no eliminan la inmunidad natural.
“La vacunación aumenta la inmunidad natural, haciéndola más robusta y duradera”, dijo Amesh Adalja, experto en enfermedades infecciosas e investigador senior en el centro de seguridad médica de Johns Hopkins.
Aunque las personas que han padecido Covid-19 pueden volverá infectarse, investigadores han observado que las vacunas mejoran significativamente la respuesta inmunitaria contra el virus en aquellos con una infección previa.
NO VACUNADOS QUE TUVIERON COVID
Por otro lado, es cierto que la inmunidad natural de los pacientes que han padecido Covid-19 induce una gran cantidad de anticuerpos que incluso podrían durar toda la vida.
Sin embargo, la infección por el virus no genera mayor número de anticuerpos neutralizantes que las vacunas de ARN, por ejemplo, mejor dicho, es al revés: los anticuerpos que se producen tras inmunizar con vacunas de ARN reconocen mejor al enemigo que los inducidos por la infección natural. Claro que lo mismo ocurre con las vacunas de adenovirus.
Si bien, muchas personas que se han recuperado de Covid-19 pueden salir relativamente ilesas de un segundo encuentro con el virus, la fuerza y la durabilidad de su inmunidad dependen de su edad, estado de salud y la gravedad de la infección inicial, es decir, la inmunidad natural varía de un paciente a otro, según afirman los científicos.
Los estudios que promocionan la durabilidad y la fuerza de la inmunidad natural tienen limitaciones por un defecto crucial. Por definición, solo evalúan las respuestas de personas que sobrevivieron al Covid-19.
Así que “el camino hacia la inmunidad natural es peligroso e incierto”, dijo Michel Nussenzweig, inmunólogo de la Universidad Rockefeller en Nueva York.
ES MEJOR VACUNARSE
En conclusión, todos los estudios revelan que la inmunidad de los vacunados induce más protección que la inmunidad natural, así que vacunarnos es fundamental, incluso si ya hemos pasado la enfermedad.
La importancia de la vacunación masiva que incluya a todos los grupos de edad ante las reinfecciones la respalda también el neurólogo de la Facultad de Medicina Monte Sinaí (EE. UU.), Seth M. Glickenhaus.
Ante esta premisa, expertos mencionan que se necesitan hacer más estudios de anticuerpos neutralizantes con todas las vacunas disponibles, con el fin de comparar entre ellas y con los anticuerpos neutralizantes de los pacientes Covid, ya sean asintomáticos, leves o graves, pero también para evaluar la importancia de las vacunas en la pandemia.