La tuberculosis (TB) es considerada una de las enfermedades infecciosas más mortíferas a nivel mundial, esta suele afectar a los pulmones y es causada por una bacteria (Mycobacterium tuberculosis) que se transmite de una persona a otra a través de gotitas de aerosol suspendidas en el aire expulsadas por personas con enfermedad pulmonar activa.
Cada año, el 24 de marzo se conmemora el Día Mundial de la Tuberculosis (TB) para concientizar a la población sobre las devastadoras consecuencias sanitarias, sociales y económicas de la tuberculosis, y para intensificar los esfuerzos para acabar con la epidemia mundial de esta enfermedad.
Esta fecha llega a marcar el día en que el Dr. Robert Koch anunció que había descubierto la bacteria que causa este padecimiento, lo que abrió el camino hacia el diagnóstico y la cura de esta enfermedad infecciosa más mortífera a nivel mundial.
De acuerdo a datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que se enfermaron de Tuberculosis 9.9 millones, con una disminución de 18% los casos notificados de 7.1 millones en 2019 a 5.8 millones en 2020. Con un 43% en Asia, 25% África, 18% Región del Pacífico occidental, 8.3% Mediterráneo, 3% América y 2.3% Europa.
Mientras que en el reporte de la Vigilancia Epidemiológica correspondiente a la Semana 07 del 2023 de la Secretaría de Salud de Tamaulipas, en la entidad se han atendido a un total de 186 casos positivos, 68 correspondientes a mujeres y 118 a varones.
El 85% de los casos trae complicaciones en los pulmones
El epidemiólogo perteneciente a la Jurisdicción Sanitaria 02, Genaro Rafael Ortiz Rentería, manifestó que puede afectar cualquier órgano del cuerpo humano; sin embargo, en un 85% de los casos trae complicaciones a los pulmones pero también puede presentarse en el sistema nervioso, los huesos, la piel, los intestinos, los genitales, los ganglios.
Mencionó que se transmite de una persona a otra a través de gotitas de aerosol suspendidas en el aire expulsadas por personas con enfermedad pulmonar activa. Esta infección suele ser asintomática en sujetos sanos, dado que su sistema inmunitario actúa formando una barrera alrededor de la bacteria.
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Cada año se producen en el mundo 8 millones de nuevos casos y mueren anualmente por esta infección casi 3 millones de pacientes. En la mayoría de los casos se producen en países en vías de desarrollo, aunque, con la epidemia de VIH-Sida, la incidencia ha aumentado de forma considerable en el mundo.
Agregó que no toda persona infectada con el bacilo desarrolla la enfermedad tuberculosa, en la gran mayoría de los pacientes sufren un cuadro asintomático o asociado a síntomas leves idénticos a los de una infección respiratoria viral, que cede espontáneamente pudiendo dejar alguna cicatriz en el pulmón o en ganglios linfáticos.
Destacó que tan solo el 10 % de las personas con primoinfección desarrollarán finalmente la tuberculosis; el 5 % la presentará en los primeros meses tras la primoinfección; y un 5 % la de forma tardíamente e incluso pasadas varias décadas.
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Los principales factores de riesgo relacionados con la tuberculosis:
- Vivir en lugares con un claro déficit de higiene y salubridad o con hacinamiento de personas ya que la enfermedad está ligada a la pobreza.
- El tabaquismo activo multiplica por dos las posibilidades de tuberculosis.
- El alcoholismo debido a que suele ir ligado al deterioro social e indigencia.
- La diabetes mal controlada suele multiplicar entre 2 y 4 veces la presencia del padecimiento.
- Las personas con un sistema inmunológico debilitado, como quienes están infectadas por el VIH/ Sida.
- Las personas con tratamientos agresivos como la quimioterapia o las terapias biológicas que se utilizan para enfermedades reumatológicas, dermatológicas y hematológicas.
- La desnutrición.
Los tipos y síntomas de la tuberculosis
La primoinfección. En la mayoría de los casos, evoluciona sin síntomas y se resuelve sin que el paciente lo note. Frecuentemente se presenta en la infancia como un síndrome febril con afectación del estado general.
Puede también producirse cuadro más severo con fiebre elevada, pérdida de peso y afectación extrapulmonar y en la mayoría de los casos pasan inadvertidos, siendo diagnosticados hasta convertirse positivos o al presentarse cicatrices pulmonares en una radiografía de tórax.
La tuberculosis postprimaria. Es la enfermedad causada por la reactivación de bacilos que quedaron latentes en ganglios linfáticos o en otros órganos desde la primoinfección. Pero puede ocurrir en cualquier órgano, aunque en un 80% se localiza con más frecuencia en el pulmón.
La tuberculosis pulmonar. Suele presentarse con un inicio insidioso con tos productiva, astenia y sudoración de meses de evolución o con un comienzo agudo con tos, hemoptisis o sangre en el esputo y fiebre elevada.
Entre los síntomas más característicos son la tos, que suele estar acompañada de expectoración y aunque no es tan frecuente se asocia a afectación pleural, sobre todo en pacientes jóvenes con aparición aguda de dolor pleural y síndrome febril.
Entre las tuberculosis extrapulmonar se encuentran:
La tuberculosis miliar o por diseminación hematógena: se produce cuando el bacilo de Koch se disemina a los demás órganos a través de la sangre, este suele presentarse por un cuadro de semanas de evolución de fiebre, sudoración nocturna y síndrome constitucional, con aparición de adenopatías y lesiones cutáneas. No es muy frecuente ya que suele ocurrir en personas con la inmunidad deprimida.
La tuberculosis ósea: Es una afectación de cuerpos vertebrales produciendo principalmente dolor a nivel del disco intervertebral afectado.
La tuberculosis genitourinaria: Normalmente suele ser asintomática y se puede presentar síndrome miccional que corresponde a disuria o molestias al orinar, urgencia, dolor lumbar, sin olvidar el cuadro general con fiebre, astenia, y anorexia.
La tuberculosis meníngea: Es un cuadro general de fiebre y astenia con posterior aparición de cefalea, rigidez de nuca, hipertensión endocraneal y signos focales neurológicos.
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¿Cuál es el tratamiento?
El especialista de la salud puntualizó que con los tratamientos disponibles en la actualidad, el pronóstico de la tuberculosis es excelente, ya que en general, a las dos semanas de iniciada la medicación, el paciente infectado deja de ser contagioso y se inicia una recuperación progresiva del estado general. Generalmente la mayor parte de los enfermos pueden llevar una vida normal y reincorporarse al trabajo.
En el caso de aquellas personas que han estado expuestas a la infección por un contacto íntimo, se puede prevenir el contagio del Mycobacterium tuberculosis mediante tratamiento con un antibiótico suministrado durante 6 meses.