Antes de los analgésicos o los jarabes siempre estarán los remedios caseros para aliviarse de algún padecimiento y aquellos empleados por las abuelitas tampiqueñas tienen una efectividad si al menos no completa, sí pueden llegar a sacarnos de algún apuro en lo que recibimos atención médica.
Estos son algunos de los remedios caseros más conocidos y que van desde el ancestral uso de yerbas hasta sustancias naturales:
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1) Para el dolor de cabeza
Rodajas de papa colocadas en las sienes, o en todo caso, hojas de ruda (Ruda graveolens) o de orcajudas (Cestrum dumetorum) eran las indicadas para disminuir de manera efectiva las cefaleas, como lo consigna doña María Antonia Salazar de Alanís en su libro “En el Tampico aquel”.
2) Para la tos
La miel con limón es quizá uno de los remedios caseros más populares para aminorar el dolor de garganta. En agua caliente, se añade una cucharada de jugo del cítrico y otra de miel para preparar una infusión de aroma y sabor agradable.
Una alternativa es el té de bugambilia (Bougainvillea spectabilis), otra eficaz medicina natural cuyas propiedades están corroboradas. La Universidad del Paso, en Texas señala que las coloridas hojas de esta flor ayudan en el tratamiento de la tos y diversos problemas respiratorios.
3) Para las heridas
Por su propiedades coagulantes, el uso de telarañas es muy recomendado en el caso de heridas con sangrados, incluso la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) ha destacado la utilidad médica de los hilos que producen las arañas.
4) Para las rozaduras de los bebés
La delicada piel de los recién nacidos suele lastimarse con el uso del pañal, así que una alternativa a los ungüentos es la de aplicar leche materna en la zona con dermatitis.
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Se trata de un tratamiento que ha sido comprobado por organizaciones como la Mayo Clinic, quienes afirman que es totalmente seguro y muy eficaz para reducir las molestias.
5) Contra el empacho
Las indigestiones o empachos en los niños todavía suelen aliviarse con una serie de masajes. Salazar de Alanís relata que en la década de los 20, en Tampico se acudía con una curandera que ponía a los niños boca abajo sobre una mesa.
“Se untaba los dedos índice y pulgar con ceniza y comenzaba a pellizcar la piel toda la espina dorsal y al levantar la pielecita, si tronaba era que se había despegado el empacho y el pobre niño llorando hasta desgañitarse soportaba esa curación tan salvaje [...]”.
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Estos son algunos de los remedios caseros más usados por las abuelitas tampiqueñas, desde telarañas hasta leche materna, ¿cuáles más recuerdas?
