“Siempre malinterpretas todo" o “Te imaginas cosas”, cuando cualquiera de estas frases aparecen a menudo en las conversaciones con tu pareja, amigos o familiares es probable que seas víctima de un abuso psicológico llamado “gaslight” (“luz de gas”). Es un escenario peligroso, porque la falta de responsabilidad afectiva afecta la salud mental, ¿cómo saber si estás en riesgo?
¿Qué es el “gaslight”? Definición y consecuencias
Las relaciones humanas son complejas, tanto las filiales, como las afectivas, románticas, sexuales e incluso las laborales. En ocasiones, una de las partes busca tomar el control de la situación y sacar un beneficio a costa de los demás, por medio de la distorsión de la realidad. Es lo que se conoce como “manipulación” y uno de sus tipos es el “gaslight”.
El Diccionario de Cambridge define el término “gaslight” como el acto de “engañar o controlar a alguien, haciéndole creer que sus recuerdos, o creencias, son erróneas; e incluso sugiere que la persona puede padecer de una enfermedad mental”.
La psicóloga clínica Laura Fuster, en entrevista con el diario español “ABC”, explica que el “gaslight” es un abuso psicológico, el cual se caracteriza por la falta de responsabilidad afectiva, donde una persona manipula a otra con el objetivo de sabotear su autoestima, haciéndola dudar de sí misma y de la validez de sus pensamientos y emociones.
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Cuando el “gaslight” surte efecto, la víctima desconfía de su propio criterio y asume toda la responsabilidad de los problemas de la relación. Lo cual conlleva un aumento en los niveles de angustia, ansiedad y confusión, las personas se vuelven más vulnerables a sufrir un estado de ánimo depresivo.
¿Cómo saber si soy víctima de “gaslight”?
“Malinterpretas todo”, “Lo que estás diciendo no es cierto, “¿Por qué siempre haces un drama?”, “Solo estaba bromeando, ¿por qué te pones así?” y “Todo está en tu cabeza”: esas frases son propias del “gaslight”, así lo apunta la psicóloga Fuster.
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Las relaciones de abuso psicológico, o manipulación emocional, se distinguen por las mentiras constantes, la negación de los eventos, las muestras de afecto esporádicas, el recordatorio constante de defectos y errores del pasado e, incluso, por el aislamiento social.
El término “gaslight” surgió a partir de una obra de teatro (1938) y una película (1944) homónimas, donde un hombre está dispuesto a llevar a la locura a su pareja sentimental, con tal de robar su fortuna.
¿Qué es la responsabilidad afectiva?
La falta de responsabilidad afectiva afecta la salud mental de todos los involucrados en la relación, tanto de quien manipula, como de quien es manipulado. En criterio de Erich Fromm, en su libro “El arte de amar”, entre el sádico y el masoquista se establece una relación de codependencia emocional.
La redactora María Alcaraz para el medio “ABC” explica qué la responsabilidad afectiva es la capacidad de cuidar de los sentimientos propios y ajenos en una relación. En este tipo de interacción humana predomina el respeto, la comunicación, el cuidado y la empatía.
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La falta de responsabilidad afectiva conlleva que una de las partes oculte información, no valide las opiniones de su pareja, descalifique su opinión y no respete los acuerdos previos.
¿Cómo saber si eres víctima? En una situación de “gaslight”, quien manipula carece de responsabilidad afectiva y “juega” a conciencia con tus pensamientos y sentimientos, confunde tu percepción de la realidad y daña tu salud mental.