Pólipos intestinales anticipándose al cáncer de colon

En la mayoría de los casos, los pólipos intestinales son benignos, pero su eliminación precoz es una manera eficaz de reducir las posibilidades de desarrollar cáncer de colon

EUROPA PRESS N. S.

  · lunes 10 de diciembre de 2018

¿Qué es un pólipo intestinal?

Se trata de una excrecencia que nace en la pared del colon. La mayor parte de los pólipos no provocan síntoma alguno y son benignos. Sin embargo, con el transcurso de los años, un 5 por ciento degenera en cáncer. La ablación precoz de los pólipos constituye una eficaz prevención del cáncer de colon.

¿Cuándo hay que retirarlos?

Todos los pólipos deben ser retirados apenas son detectados en la colonoscopía. Este examen debiera realizarse cada cinco años, rutinariamente desde los 50 años y a partir de los 45 años en las personas que hayan tenido un pariente en primer grado víctima de cáncer de colon o del recto antes de los 60 años, o dos parientes en primer grado cualquiera sea su edad. Un 95 por ciento de los pólipos son retirados durante la colonoscopía. En cambio, los pólipos más grandes requieren una intervención quirúrgica.

¿Cómo debe prepararse el paciente?

Dos días antes de la intervención, el paciente debe seguir una dieta sin frutas, ni verduras, ni carnes grasas. Arroz, pastas, pesado y carnes magras están autorizadas. En la víspera de la intervención, antes de cenar, el paciente beberá dos litros de un purgante para limpiar totalmente los intestinos.

¿En qué consiste la intervención?

El pólipo se marca con una tinta especial. La ablación se realiza con una técnica de colonoscopía. En primer lugar, se insufla un gas para despegar los órganos abdominales de su envoltura, el peritoneo. El cirujano practica de inmediato tres pequeños tajos de un centímetro, en el vientre, a fin de permitir el paso de una cámara e instrumentos de microcirugía. Luego hace una incisión en la zona del intestino donde se encuentra el pólipo, fácilmente ubicado gracias a la marca realizada con tinta. Luego, se cierra el tubo digestivo con hilos reabsorbibles, dejando un drenaje. Finalmente se aspira el gas insuflado y se suturan los tres pequeños orificios.

¿Qué anestesia se usa?

La operación dura alrededor de una hora y se hace bajo anestesia general.

¿Cómo es el post-operatorio?

La operación tiene riesgos mínimos y el post-operatorio es poco doloroso. Rara vez hay dolores abdominales fuertes, incluso cuando se vuelve a defecar. El insuflado de gas provoca algunas molestias, particularmente en la espalda. Después de la operación, el paciente queda hospitalizado por unos tres días. Al principio recibe alimento por perfusión, durante el tiempo necesario para que el tubo digestivo recupere algo de movilidad. Al tercer día, la persona puede beber y luego comer normalmente. No se requiere ningún régimen ni tratamiento. Tres años después de la intervención, se practica una nueva colonoscopía para detectar una eventual recaída. EUROPA PRESS N. S.

TEMAS