En México, más del 75% de las personas adultas y el 35.6% de la población infantil sufren de algún grado de sobrepeso y la obesidad que ha ido ganando terreno en los últimos decenios; en la pandemia del Covid-19 se hizo más evidente el aumento principalmente en los niños, quienes se enfrentaron al sedentarísmo y el consumo de comida procesada.
El médico pediatra de la consulta Cemain del Hospital IMAC en Tampico, Óscar Arcos Martos, dio a conocer que este no es un problema tan simple, de hecho, es algo muy complejo en su origen ya que no existe un tratamiento preciso y en todo caso debe de ser personalizado.
Mencionó que la investigación ha aportado nuevos procedimientos para atender la obesidad infantil, sobre todo, en aquellos casos graves. Por lo tanto, su prevención es lo más importante es actuar de forma temprana.
“Tenemos que tener en mente que los alimentos que les damos a nuestros hijos de pequeños tienen un efecto duradero en la salud de adultos. Quizá nosotros mismos como padres también estamos luchando contra el sobrepeso y la obesidad y nos cuesta más trabajo tratar que nuestros hijos lleven una vida sana”.
La familia debe involucrarse
El también educador en materia de salud indicó que el tratamiento involucra, precisamente, a toda la familia, quienes deben de seguir las siguientes recomendaciones:
Los alimentos saludables deben de estar disponibles y ser de fácil acceso: jarras de agua, agua de frutas, frutas y verduras en trozos pequeños, alimentos bajos en calorías.
Hay que controlar el tamaño de las porciones, usar platos pequeños, servir con cucharas más pequeñas. Medir la porción de los alimentos con los dedos y la palma de las manos. No solo para las comidas en casa, sino cuando se come fuera.
Desayunar cada día, saltarse el desayuno está ligado a la obesidad. Cocinar con ellos algunos platillos, a ellos les gusta involucrarse. Aprovechar para hablarles sobre lo que cada alimento aporta a nuestra salud.
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Cuanto más colorido tenga el plato, se puede inferir que es saludable. La mitad del plato para las verduras o la ensalada, un poco más de un cuarto para el arroz o la pasta, y el resto para el alimento proteico (carne, pollo, pescado, legumbres).
A los niños les gusta tomar decisiones, así que se le pueden dar opciones que al final es una decisión saludable.
No usar a los alimentos como recompensa o castigo
Óscar Arcos Martos, destacó que hay que restringir las golosinas y los refrigerios no saludables. No más de cuatro onzas de jugos de frutas, incluso el natural y sobre todo el no usar a los alimentos como recompensa o castigo.
Reconoció el pediatra que a los niños les gusta correr, brincar, caminar, andar en bicicleta. Haga planes para llevarlos al parque. Se recomienda una hora de actividad física diariamente.
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El mejor ejemplo
“Usted es el mejor ejemplo para su hijo, si usted lleva una vida saludable, ellos lo imitarán. Así, poco a poco, con paciencia, logrará cambios en su comportamiento para hábitos saludables”.
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Puntualizó que cada familia es la encargada de formar hábitos saludables en sus hijos. Y ante la preocupación del peso de los menores, la recomendación es llevarlos al especialista de su confianza para tener una valoración completa y registrar índice de masa corporal (IMC).