A menudo las personas sueñan con cambiar el mundo. La idea que, en un principio, podría parecer imposible de cumplir, se puede llevar a cabo de una manera muy sencilla: dona sangre de manera recurrente. La donación de órganos es una práctica solidaria y altruista. Es vida a cambio de vida. Descubre por qué donar sangre es tan importante.
La sangre es vida
La Organización Mundial de la Salud (OMS) designó el 14 de junio como el Día Mundial del Donante de Sangre. El objetivo principal de la fecha es concientizar a la población en general sobre la importancia de este tejido líquido para mejorar y preservar la calidad de vida de las personas.
En entrevista con Jesús Darío García Rivas, residente en el Hospital General Regional Núm. 6 del IMSS, nos explicó cuál es la importancia de la sangre en la salud y cuáles son los riesgos de no recibir una transfusión a tiempo. En términos generales, la sangre es el principal sustento de la existencia.
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El Diccionario de la Real Academia Nacional de Medicina de España (RANM), define la sangre como un “líquido rojo que ocupa el aparato circulatorio. Consta de elementos formes, eritrocitos, leucocitos y plaquetas, suspendidos en un líquido, el plasma sanguíneo. Transporta oxígeno y nutrientes a los tejidos, remueve el anhídrido carbónico y los desechos metabólicos, vehicula metabolitos y hormonas, e interviene en la regulación de la temperatura corporal y del equilibrio ácido-básico y osmótico”.
García Rivas apunta que la respiración, el proceso fisiológico de intercambio de gases O₂ (oxígeno) y CO₂ (dióxido de carbono), “se realiza a través de los eritrocitos (glóbulos rojos). Sin sangre, este intercambio constante de gases, fundamento vital de cualquier organismo biológico, no es posible. Sin sangre no hay oxigenación de órganos, músculos y tejidos en general”.
¿Cómo se usa la sangre?
Acorde a la Organización Mundial de la Salud, donar sangre permite la ejecución tanto de tratamientos como de intervenciones médicas y quirúrgicas. Lo cual salva millones de vidas a nivel global.
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García Rivas expone los distintos usos que se le puede dar a la sangre: “De una donación sanguínea se obtiene una unidad de sangre total con un volumen de 450 ml. Esta unidad de sangre se centrifuga para obtener un Concentrado Eritrocitario (CE) aproximado de 200-300 ml. Estas transfusiones sirven cuando el paciente perdió sangre.”
“De la misma donación se obtiene también una fracción de Concentrado Plaquetario (CP). Estas transfusiones son de utilidad en padecimientos hematológicos y oncológicos, o incluso en algunos padecimientos infecciosos como el dengue”, puntualiza el entrevistado.
“De igual manera, de la donación se consigue una unidad de Plasma Fresco Congelado (PFC) de aproximadamente 250 – 300 ml. Estas transfusiones tienen varios tipos de utilidades, entre las principales destacan los padecimientos autoinmunes, y hematológicos, para desplazar, diluir o neutralizar antígenos y anticuerpos”, sostiene García Rivas.
¿Por qué es importante donar de manera recurrente?
Algunas personas acostumbran donar sangre en medio de campañas nacionales o locales, o ante la necesidad de algún familiar o amigo que requiera de una transfusión. Muy pocas asisten de manera voluntaria a los hospitales a ceder su sangre para los miles de pacientes que permanecen bajo vigilancia médica.
La Cruz Roja informa que es necesario esperar una ventana de ocho semanas para volver a realizar una donación de sangre completa.
El problema que enfrentan múltiples organismos de salud no es solo la falta de suministro sanguíneo, también es una batalla contra el tiempo.
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“Un Concentrado Eritrocitario (CE) puede durar en promedio 42 días en conservación. Las transfusiones de plasma fresco congelado, en cambio, pueden resistir hasta 3 años con una técnica adecuada de congelación”, indica Darío García.
“No obstante, los Concentrados Plaquetarios (CP) son los más difíciles de conseguir y de conservar, se requieren de cuatro a seis donadores para conformar una unidad (o paquete), que proporciona de 5 mil a 10 mil plaquetas. Los CP, aun con las mejores técnicas de conservación, caducan en cuatro a cinco días”, asegura el médico al ser interrogado.
Cuando se requiere este tipo de transfusiones, el panorama suele ser adverso, anuncia García: “Cuando un adulto de peso promedio requiere transfusión de plaquetas, suele necesitar de cinco a siete paquetes de concentrados plaquetarios y, en muchos casos, requerirá nuevamente la misma cantidad en un par de días posteriores a su última transfusión”.
Toda la sangre es apreciada
Existen cuatro grupos sanguíneos: A, B, O y AB. A su vez, hay dos tipos de factor Rh, positivo (+) y negativo (-).
Las personas con sangre O- son donadores universales, cualquiera puede recibir su sangre, pero ellos solo pueden recibir transfusiones de su mismo grupo y factor Rh sanguíneo.
García Rivas lo expresa de esta manera: “Es el grupo sanguíneo más preciado por su universalidad, pero el más desafortunado, cualquier unidad sanguínea que no sea O- es incompatible con ellos”.
“Por su parte, las personas AB+ pueden recibir cualquier tipo de sangre, ya que son receptores universales. Las personas de grupo AB- son los más raros en cuanto a prevalencia a nivel mundial. Sin embargo, no conllevan un problema clínico, pueden recibir transfusiones de cualquier donador que sea factor Rh -”, concluyó Jesús Darío García Rivas.
¿Quieres cambiar el mundo? Sé solidario y altruista, dona sangre de manera recurrente. Ayuda a otras personas nada más porque sí.
