Los malos hábitos que como sociedad tenemos, aunado a la falta de cuidado, prevención y el estrés, han generado que enfermedades como las del riñón aumenten de manera considerable, convirtiéndose incluso en un problema de salud pública.
La Dra. Esmirna Chuy Díaz, médica internista, nefróloga y máster en trasplante renal, dio a conocer que la insuficiencia renal crónica es una enfermedad silenciosa y se estima que en México 90% de quienes la padecen lo ignoran, condicionando que la enfermedad no pueda ser detectada y prevenida oportunamente.
La también presidenta de la Fundación Humanitaria de Trasplantes de Tamaulipas señaló que la primera causa en México y el mundo es la diabetes, por lo que en los distintos programas de tratamiento de reemplazo renal, como diálisis y hemodiálisis, más de 50% tienen niveles de glucosa alto en la sangre.
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Las terapias sólo proporcionan en las mejores condiciones 7% de función renal, condicionando déficit de calidad y tiempo de vida.
EN TAMAULIPAS HAY CASI 8 MIL ENFERMOS
En el mundo, 10% de la población sufre de enfermedad renal crónica y se estima que en México existe una prevalencia de insuficiencia renal crónica moderada de 80 mil 788 personas por millón de habitantes y de insuficiencia renal avanzada, es decir que requieran diálisis, de mil 142.
Actualmente existen en el país más de 70 mil pacientes en los programas de diálisis peritoneal y hemodiálisis; en Tamaulipas se calcula que hay más de 8 mil enfermos en este tipo de tratamientos crónicos.
OCTAVA CAUSA DE MUERTE EN MUJERES
La profesionista explicó que, de acuerdo a las estadísticas de salud, 195 millones de mujeres sufren insuficiencia renal y esta enfermedad constituye la octava causa de muerte en la mujer, siendo 600 mil las que fallecen por año a causa de este mal.
Se desarrolla en ellas de manera más común por el embarazo, ya que durante la preeclampsia, que es una complicación del embarazo caracterizada por presión arterial alta y signos de daños en órganos como el hígado y los riñones, comienza después de las 20 semanas de embarazo en mujeres cuya presión arterial había sido normal.
LAS MUJERES TIENEN ACCESO DESIGUAL A TRATAMIENTOS
La barreras sociales, culturales, económicas y psicológicas condicionan que las mujeres tengan un acceso desigual a la atención, incluso en los países donde se proporciona trasplante de riñón y acceso equitativo para hombres y mujeres estas últimas tienden más a donar riñones y es menos probable que reciban alguno.
Por esto, existe una clara necesidad de abordar las cuestiones de acceso equitativo a la atención de salud en las mujeres donde actualmente no existe y aumentar la sensibilización y educación para facilitarle el acceso al tratamiento y mejores resultados de salud.
DIÁLISIS Y HEMODIÁLISIS
La especialista en Nefrología y Máster en Trasplante Renal explicó que la diálisis peritoneal consiste en recambios de una solución de glucosa a través de un catéter colocado dentro de la cavidad abdominal.
La solución se cambia cada 6 horas y habitualmente se realiza en casa, con apoyo de la familia, y tiene un costo estimado de 300 mil pesos anuales.
En cuanto a la hemodiálisis, es el tratamiento de la sangre a través de un acceso vascular, para recircular la sangre a través de un filtro -riñón artificial- y este se realiza en medio hospitalario tres veces por semana durante 4 horas y este tratamiento alcanza un precio de 250 mil pesos por año.
ALGUNOS SÍNTOMAS
Algunos síntomas que pueden reflejar algún daño en el riñón son: sangre o mucha espuma al orinar, dificultades para orinar, mixionar más de noche que de día, hinchazón en tobillos o párpados, alta presión, y si a eso se suma la condición de diabético es necesario acudir lo más pronto posible a un especialista.
Esmirna Chuy Díaz puntualizó que para cuidar los riñones hay que mantenerse en forma y activo, comer sano y controlar el peso, mantener una adecuada ingesta de líquidos, no fumar, no tomar medicamento sin indicación médica, controlar regularmente la presión arterial, vigilar el valor de azúcar en sangre si se es diabético, se tiene sobrepeso o antecedentes familiares de diabetes y, por último, monitorear la función renal si tienes uno o más factores de riesgo.