En 2022 se estimó que en México había casi 18 millones de personas mayores de 60 años, que representaban 14% del total de la población, lo que aumentará considerablemente para 2025, por lo que ahora más que nunca se necesitan geriatras para atender a los adultos mayores.
La esperanza de vida en los hombres en México es de 78 años en hombres y 83 años en mujeres.
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¿Qué es la Geriatría?
Luis Legorreta del Ángel, miembro y presidente del Colegio de Geriatría y Gerontología de Tamaulipas A.C., menciona la Geriatría abarca aspectos clínicos y el tratamiento para prevención y rehabilitación del paciente; conseguir el máximo nivel de autonomía e independencia de la salud y mantenerla.
Indica que “el geriatra estudia las enfermedades que aquejan a las personas mayores, es el profesional más indicado para brindar un envejecimiento saludable y la vivencia de una vejez digna autónoma e independiente en igualdad equidad y de no discriminación”.
Expone que la esperanza de vida en México es de 78 años en hombres y 83 años para mujeres, por lo que las enfermedades de la adultez se ha incrementado, siendo las más frecuentes las articulares, hipertensión, respiratorias, diabetes, Parkinson, el deterioro cognitivo o demencial de origen vascular, entre otras.
Familiares deben de estar atentos ante indicios de algún padecimientos
Destaca que la depresión, la ansiedad, los trastornos del sueño por su elevada frecuencia en este grupo de edad, así como su repercusión en la calidad de vida, en la economía y el trastorno que genera en el núcleo familiar del paciente y de la familia tienen una gran importancia.
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Recomendó actuar ante el menor indicio de percibir cualquier situación o conducta extraña en nuestro familiar, “como preguntar de manera repetitiva alguna cosa, tener olvidos continuos, que se van haciendo más frecuente olvidar nombres, lugares, cosas, situaciones, no reconocer a familiares, abrocharse mal los zapatos, ponerse la camisa o blusa al revés o cambios de carácter muy intempestivos”.
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Por eso, agrega, “los familiares más cercanos, que son los que realmente hacen el diagnóstico, pueden acudir con el geriatra de su confianza para que los evalúe, diagnostique e inicie un tratamiento oportuno que impida que la enfermedad de su familiar progrese”.