La ectasia vascular antral gástrica (EVAG), conocida también como “estómago en sandía”, es una afección rara que afecta a la mucosa estomacal y causa hemorragia gastrointestinal alta, por lo que no es visible el sangrado.
En este padecimiento no hay sangre en heces ni en vómito, ya que el sangrado es oculto, y lo que hace sospechar de esta afección es la presencia de anemia sin explicación obvia.
Se le conoce como estómago de sandía no porque produzca un vientre abultado y ovalado, sino porque al interior del estómago la mucosa suele tener rayas rojas en la misma forma que las de la corteza de dicho fruto.
Kenneth W. Schroeder, especialista en gastroenterología de Mayo Clinic, señaló en un artículo que este mal afecta más a mujeres que hombres, se estima en una proporción de nueve a uno, principalmente en edad avanzada, aunque también se han documentado casos pedíatricos.
La EVAG se asocia a enfermedades crónicas y prolongadas como cirrosis del hígado, autoinmunes como escleroderma (endurecimiento y fibrosis de la piel), con la enfermedad de Raynaud o con afecciones renales.
Para confirmar el diagnóstico es necesario un examen endoscópico del esófago, el estómago y el duodeno, llamado esofagogastroduodenoscopia o EGD.
El especialista mencionó que existen varias alternativas de tratamiento para el estómago en sandía. La coagulación con plasma de argón que permite cauterizar y sellar los vasos sanguíneos dilatados, es la terapia más efectiva.
Otras técnicas podrían ser la ligadura y la crioterapia, y en raras ocasiones, cuando los tratamientos endoscópicos no tienen éxito, podría existir la posibilidad de operar para extraer la parte afectada del estómago.