El tipo más grave de cáncer de piel es el melanoma y una de las principales causas para que se origine es la exposición prolongada al sol sin tener alguna protección, y más en personas de piel clara.
Este tipo de cáncer inicia como un lunar originado a partir de los melanocitos epidérmicos y suele desarrollarse en las áreas descubiertas al sol como la cara, manos, cabeza y cuello, y en raras ocasiones puede hacerlo en otros órganos del cuerpo.
En los varones el melanoma se puede presentar en el pecho y espalda, mientras que en las mujeres principalmente se registra en las extremidades.
En ambos sexos, en la cara y cuello. Para evitar la enfermedad es recomendable no exponerse al sol sin protección, usar bloqueador solar, sombrillas o sombreros.
Otra forma de protección, es conocer bien nuestra piel, qué pecas o manchas tenemos desde antes, los lunares, y todo el cuerpo, incluyendo las palmas de la manos y pies, para saber cuáles son sus características normales.
Un lunar normal no sufre modificaciones en su aspecto, por ello, es necesario que aprendamos a conocer nuestro cuerpo y detectar posible crecimiento, manchas, cambios de color u otro aspecto, y acudir al médico para descartar que se trate de algún tipo de cáncer en la piel.
El tratamiento puede ser curativo en un 90 por ciento con una cirugía muy sencilla. Una vez que se retira el tumor maligno, la muestra de piel debe ser analizada por un patólogo para determinar si esa lesión que se retiró tiene características de cáncer y emprender el tratamiento adecuado.
En etapa inicial, se puede decir que es un lunar a tratar con relativa facilidad, pero en estado avanzado es cuando se tiene que retirar; además hay lesiones en el cerebro, en los huesos, pulmones, hígado en las ingles y en las axilas.