La terapia psicológica juega un papel crucial en el tratamiento de las enfermedades psicosomáticas, que son aquellas en las que los síntomas físicos tienen un origen psicológico.
Estas enfermedades pueden incluir dolores de cabeza, problemas gastrointestinales, trastornos de sueño, entre otros.
El psicólogo Alejandro Ramírez Padilla menciona que el impacto de la terapia psicológica en el tratamiento de las enfermedades psicosomáticas es significativo por varias razones, entre las que se encuentra la identificación y manejo de factores desencadenantes: La terapia psicológica ayuda a identificar los factores mentales que pueden estar contribuyendo a los síntomas físicos.
Te puede interesar: Tuberculosis, la enfermedad "silenciosa" más mortífera: sus complicaciones y tratamientos
Esto puede incluir el estrés, la ansiedad, la depresión, el trauma emocional y otros problemas emocionales o mentales. Una vez identificados, la terapia puede ayudar a desarrollar estrategias de manejo para estos factores desencadenantes.
El aprendizaje de técnicas de afrontamiento tiene como finalidad manejar el estrés y la ansiedad en los pacientes que puedan estar contribuyendo a los síntomas físicos.
Técnicas de relajación ayudan a disminuir las enfermedades psicosomáticas
Estas técnicas pueden incluir la relajación, la meditación, la respiración profunda y otras estrategias para reducir la respuesta del cuerpo al estrés.
Te puede interesar: ¿Cómo evitar riesgos al vestir a tu recién nacido? Tenlo en cuenta al abrigar al bebé
“La terapia puede ayudar a mejorar la salud mental del paciente, lo que a su vez puede tener un impacto positivo en los síntomas físicos.
"Al abordar la ansiedad, la depresión y otros problemas emocionales, la terapia puede ayudar a reducir la intensidad y la frecuencia de los síntomas psicosomáticos”, dio a conocer el psicólogo.
La terapia psicológica contribuye a eliminar estos padecimientos
Otra de las alternativas es la prevención de complicaciones, esta puede ayudar a prevenir la progresión de los síntomas psicosomáticos y la aparición de complicaciones de salud adicionales.
Abordar los factores psicológicos que contribuyen a la enfermedad puede ayudar a evitar que los síntomas empeoren o que el paciente desarrolle problemas de salud relacionados.
La terapia psicológica es de vital importancia en el tratamiento de las enfermedades psicosomáticas, ya que ayuda a abordar los factores emocionales que contribuyen a los síntomas físicos, enseña técnicas de afrontamiento para manejar el estrés y la ansiedad, mejora la salud mental y ayuda a prevenir complicaciones adicionales.
Al trabajar con otros tratamientos médicos, acudir a consulta con el especialista mental puede tener un impacto significativo en la recuperación y el bienestar general del paciente.
El secretario general de la Asociación Psiquiátrica Mexicana, Víctor Octavio Amaro, señaló que a esta sintomatología se le denomina Trastorno médico funcional, porque los síntomas existen, son reales, pero no provienen de una lesión orgánica, tienen un origen psíquico.
Alrededor del 30% de consultas de atención primaria tienen un origen psicológico, un aumento extraordinario denominado patología psiquiátrica menor, “es complicado detectar estos casos porque no llegan a tener entidad suficiente para diagnosticarlos, como un trastorno mental, pero sí repercute en la calidad de vida del paciente, generando síntomas tipo cansancio, depresión y apáticos".
Señaló que el problema de salud empieza a manifestarse con afectaciones físicas, generando cansancio excesivo, apatía y con el paso del tiempo puede evolucionar a alteraciones musculares, dolor intenso, mareos. El estrés y otros rasgos psicológicos de la ansiedad pueden aumentar los síntomas del reflujo ácido y los síntomas del reflujo ácido pueden aumentar la ansiedad.
Sigue el canal de EL SOL DE TAMPICO en WhatsApp
Explicó que, como cualquier patología psicosomática, consiste en una serie de síntomas en el cuerpo cuyo origen principal es una alteración emocional; los padecimientos frecuentes son: dolor de cabeza y corporal, opresión en el pecho y cansancio continuo.
Puntualizó que dicho padecimiento, de no ser tratado con médicos especialistas que ayuden a modificar el ritmo de vida a una más sana, puede ocasionar que la psicosomatización produzca la dispepsia funcional, el síndrome de intestino irritable, síndromes dolorosos (desde dolores articulares, cefalea o dolores lumbares o cervicales) o fatiga crónica, empeorando la calidad de vida a largo plazo.