¿En más de una ocasión te has desvelado navegando por Twitter o TikTok mirando noticias? ¿Entre más lúgubres o depresivas más te enganchas? Psicólogos han encontrado que durante la pandemia, creció un comportamiento que han calificado como preocupante: la compulsión de consumir noticias negativas.
LA INFORMACIÓN NEGATIVA, UNA ADICCIÓN
En un artículo publicado en la revista Technology, Mind, and Behaviour de la Asociación Americana de Psicología han identificado este hábito de bombardearse con información negativa como "doomscrolling", una palabra surgida en Twitter en 2018 y que ganó popularidad en 2020, durante los momentos más álgidos de la pandemia de coronavirus.
De acuerdo al artículo, el doomscrolling comienza cuando los usuarios de las redes sociales desean estar al tanto de las últimas noticias, especialmente las más sombrías.
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Según las conclusiones del estudio, este interés del usuario por mantenerse informado acaba transformándose en una compulsivo recorrido por Internet en busca de noticias negativas.
"Muchas personas se encuentran leyendo continuamente malas noticias sobre el Covid-19 sin poder parar, incluso sacrificando su tiempo de sueño o sus horas de trabajo en el proceso", explica el texto.
La investigación también reveló que los hombres son más propensos a este comportamiento que las mujeres y las personas mayores.
PUEDE VOLVERSE UN CICLO SIN FIN
Los especialistas señalan que se desconoce la causas que originan el doomscrolling. Según el estudio, se trata de un comportamiento específico de la situación actual en la que se encuentran los usuarios: con la epidemia, las dificultades políticas mundiales, la gente puede verse arrastrada por la ola de noticias terribles.
El estudio descubrió que el doomscrolling está vinculado al miedo a perderse de alguna información relevante, algo que se cruza con continua conexión a Internet a través de los smartphones.
El doomscrolling puede llevarnos a un ciclo sin final, debido a que mientras más información terrible consumamos, los algoritmos de las redes sociales remarcarán estas tendencias y nos ofrecerán contenidos basados en nuestros lúgubres intereses. Como resultado, la situación se sale de control y entonces aparece la adicción.