La mayoría de las embarazadas esperan a sus hijos con gran ilusión, pero después de esta etapa cada una reacciona de forma diferente al tenerlos entre sus brazos. Algunas caen en una etapa de confusión o depresión, derivado de la forma en que habrán de educarlos y el futuro que les espera, situación que es generada por los cambios biológicos y hormonales que presentan.
La Depresión Posparto (DPP) es una de las complicaciones médicas más frecuentes del periodo posnatal e invalidantes tanto por los síntomas en la madre como por las consecuencias sobre las funciones maternas de alimentación, crianza y vinculación afectiva, ya que una de cada 10 mujeres tendrán esta enfermedad mental durante el primer año de vida de su recién nacido.
Una de las enfermedades maternas más comunes
De acuerdo con los médicos especialistas es una de las enfermedades maternas más comunes que pueden aparecer semanas después del parto o durante los primeros 12 meses de posparto.
Se caracteriza por la presencia de un estado de tristeza, pérdida de interés y la ilusión por las cosas, ganas de llorar, disminución de la energía, alteración del apetito y el sueño, además de sentimientos de culpa por no ser una buena madre.
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Este estado se acompaña de una marcada ansiedad, con afectación de las funciones maternas de autocuidado, lactancia y vinculación.
Etapas de riesgo
La psicoterapeuta Erika Leal de la Mora dio a conocer que el inicio de la depresión posparto es variable y no siempre es en las siguientes semanas al parto.
El periodo de mayor riesgo es especialmente durante los primeros tres meses después de dar a luz, además que 25% de las mujeres ya inician el episodio depresivo en el tercer trimestre del embarazo, mientras que 20% desarrolla la sintomatología pasada la sexta semana del parto.
El estado emocional
“Es habitual la presencia de un ánimo ligeramente triste, con llanto inexplicable, nerviosismo o irritabilidad durante la primera semana de dar a luz que se acompañan de sentimientos de inseguridad y preocupación por el recién nacido”, explicó la entrevistada.
Esta, dijo, es una relación emocional asociada a los importantes cambios biológicos que se producen, antes, durante y después del parto y el esfuerzo adaptativo para el desarrollo de conductas maternas como lactancia, y los cuidados del bebé.
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“Suelen ser más intensos durante el cuarto o quinto día después del parto y desaparecen de forma espontánea antes de dos semanas, pero en el caso de que los síntomas persistan o se agraven, es aconsejable consultar y descartar la presencia de una depresión posparto” recomendó.
La depresión posparto requiere tratamiento
La DPP es una afección médica que requiere tratamiento y no es una debilidad, por lo que recomendó hablar con su médico acerca de sus síntomas para así ver qué tratamiento pueden realizar para salir de este problema de tipo mental, mismas que incluyen respiración profunda y técnicas de relajación.
También pueden optar por un método de Asesoría Psicológica Interpersona, misma que se concentra en sus relaciones y los cambios que ocurren con la llegada de un nuevo bebé, lo cual le proporciona apoyo emocional para solucionar problemas y establecer metas.
Leal de la Mora dijo que “los medicamentos antidepresivos junto con una asesoría psicológica son otro tratamiento, pero hay que tener cuidado si está amamantando, ya que pueden tomar antidepresivos para la depresión posparto, pero es necesario cuidar la salud de su bebé, por lo que los especialistas están estudiando qué medicamentos son más seguros” .
La convivencia con familiares ayuda a tratar la Depresión Posparto
Las mujeres con DPP pueden programar con la familia salidas y visitas con amigos y familiares, a quienes les pueden solicitar que les llamen con frecuencia, ya que el aislamiento empeora la depresión, especialmente cuando se combina con el estrés de cuidar a un recién nacido.
De igual forma obtenga luz solar lo más que pueda abriendo las persianas y las cortinas, además de salir al aire libre, seguir una dieta equilibrada, donde evite el alcohol y la cafeína.
“Es muy recomendable hacer ejercicio todos los días, como caminatas al aire libre con su bebé, ya que esto la ayuda a mejorar su estado de ánimo, conviva con su familia y descanse lo más que pueda, ya que la fatiga puede aumentar los niveles de depresión”.
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“Las pacientes que padezcan Depresión Posparto deben unirse a un grupo de apoyo de madres con recién nacidos, formar parte de clases de masajes para lactantes es otra manera muy buena de salir y de pasar tiempo con otras personas cuyas vidas diarias son similares a la del paciente con este trastorno mental y con ello aprenderá nuevas formas de vincularse emocionalmente con su bebé”.
La psicoterapeuta puntualizó que “tener un hijo cambia la vida de una mujer y de su pareja, deben de apoyarse mutuamente para asimilar la llegada de este nuevo ser que será el alma de su hogar y por el que habrán de trabajar arduamente para sacarlo adelante y hacer de él una persona de bien, el trabajo no es sólo de la madre, sino que debe ser compartido”.
De esta forma la depresión posparto afecta a las nuevas madres y sus familias; por lo tanto es recomendable practicar las actividades al aire libre y convivir con la familia pero recuerda que es importante asistir con un especialista para tratarla a tiempo.