Durante el verano de 1885, en Francia, el niño Joseph Meister fue mordido en 14 ocasiones por un perro con rabia. Los doctores dieron el caso por desahuciado, pero un científico accedió a probar un tratamiento alternativo. Meister se recupera. El 26 de octubre, Pasteur informa a la Academia Francesa de Ciencias que ha desarrollado una vacuna antirrábica.
Historia de la vacuna de la rabia
Antes de 1885, no existía una vacuna contra la rabia. Los pacientes fallecían en el transcurso de los días posteriores a contraer la enfermedad. La madre de Joseph Meister al saber el diagnóstico adverso para su hijo, quien fue mordido por un perro infectado, acude a Louis Pasteur en busca de ayuda.
Louis Pasteur era un científico reconocido en París. Sus avances y descubrimientos en el campo de la química, física y biología lo habían convertido en el decano en la Facultad de Ciencias de la ciudad de Lille.
En 1885, como líder de un laboratorio de investigación, Pasteur se encontraba desarrollando una vacuna contra la rabia, la cual había sido probada únicamente en animales.
El 06 de julio de 1885, después de una serie de debates sobre las implicaciones éticas y legales de sus intenciones, Pasteur accede a inyectar la vacuna en Joseph Meister. El niño de nueve años sobrevive.
Pasteur documenta el caso: la exposición de Meister al virus, su hospitalización, la dosis de la vacuna, las fechas de la aplicación, los síntomas presentados y el restablecimiento en el estado de salud del paciente. La historia fue un éxito inmediato en el campo de la medicina y de los medios de comunicación de la época.
El 26 de octubre de 1885, Pasteur presenta sus descubrimientos y avances a la Academia Francesa de Ciencias. Tres años después, el 14 de noviembre de 1888, se inaugura el Instituto Louis Pasteur.
El objetivo del centro era investigar las causas, consecuencias y posibles soluciones de un sin fin de enfermedades infecciosas provocadas por virus, entre ellas, la rabia.
¿Qué es la rabia?
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), la rabia es una enfermedad vírica, zoonótica y tropical. La cual se divide en dos tipos: rabia furiosa y rabia paralítica, ambas conducen a la muerte.
La rabia furiosa se caracteriza por síntomas como excitación, falta de coordinación, alucinaciones, además de la aparición de hidrofobia y aerofobia, miedo al agua y al aire, respectivamente. La rabia paralítica, en cambio, presenta un cuadro de parálisis gradual, la cual se va intensificando.
Mayo Clinic expone que la enfermedad se propaga a partir del contacto directo, a través de mordeduras o arañazos, lameduras, o exposición a la sangre, con animales infectados con rabia.
La Organización señala cuáles mascotas, animales de granja y animales salvajes son más propensos a padecer y transmitir la enfermedad, entre ellos están los perros, gatos, vacas, hurones, cabras, caballos, murciélagos, castores, coyotes, zorros, monos, mapaches, zorrillos y marmotas.
La rabia permanece aún hoy en día
El 06 de julio de 1885 es, sin duda, un día histórico en el campo de la ciencia. Es el resultado de la investigación, trabajo y voluntad de Louis Pasteur de entender lo que parecía imposible de comprender: cómo prevenir y detener el avance de una enfermedad mortal.
La Organización Mundial de la Salud reporta que, a pesar del éxito de la vacuna antirrábica, en la actualidad, una parte de la población mundial en estado de extrema pobreza, no tiene acceso a ella debido a cuestiones meramente financieras.
Esta fue la historia de cómo se inventó la vacuna contra la rabia. Desde 1885, el descubrimiento de Pasteur ha salvado miles de vidas alrededor del mundo, empezando por la de Joseph Meister. Sin embargo, acorde a la OMS, todavía hoy, mueren niños de 5 a 14 años, mayormente en las regiones de Asia y África, como consecuencia de la enfermedad.