La falta de límites desde temprana edad en el núcleo familiar genera el desarrollo del llamado Síndrome del Niño Emperador o Niño Dictador.
El Trastorno de Oposición Desafiante (TOD) es un problema conductual en el que los infantes toman el control emocional y de comportamiento del entorno donde se desarrollan, principalmente de los padres.
La presidenta del Colegio de Psicólogos del Sur de Tamaulipas A.C., Miroslava González Pomares, mencionó que entre las actitudes más frecuentes en este tipo de niños se encuentran las agresiones físicas hacia el papá o mamá, suelen morder, golpear, empujar, lanzar o romper objetos; incluso hay amenazas verbales.
“Este síndrome también se le conoce como el Síndrome del Niño Tirano. Cada vez es más frecuente en las familias y hace referencia a las situaciones en las que el niño desarrolla poder y autoridad sobre los padres, los cuales son víctimas de maltrato”, señala la especialista.
Factores que pueden generar un hijo ''tirano'' en las familias
La culpa es uno de los factores importantes para que esta condición emocional se genere, ya que los padres, por falta de tiempo, al estar trabajando u otras situaciones, sienten que dejan desatendidos a los niños y tratan de compensarlos con regalos o económicamente, lo que crea un falso vínculo que termina convirtiendo a los niños en tiranos.
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Sin embargo, los psicólogos señalan que también se debe tener en cuenta otros factores en este síndrome, como la inmediatez promovida en la vida actual, que modela algunos de los comportamientos y favorece la irritabilidad e intolerancia, sobre todo en los menores, pues se convive en una sociedad donde hay un modelo económico que promueve no pensar en el mañana y vivir apresuradamente.
La especialista consideró que además, los padres de las generaciones pasadas daban una crianza más rígida y, en ocasiones, violenta. Ahora es más flexible y con mayor permisividad, lo que ha generado roles cada vez más difusos en las familias, donde los padres van perdiendo la autoridad y los hijos van ganando cada vez más jerarquía.
Los límites que se deben fijar
La falta de límites y estructuras en la formación de los hijos es la principal causa que deriva en que los niños desarrollen esta condición. Aunque hay que aclarar que no hay padres buenos o malos, porque se sabe que los modos de crianza siempre llevan una buena intención, aunque a veces los progenitores no sepan cómo hacerlo y les dé miedo que el límite ponga un obstáculo.
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De acuerdo con los especialistas, cuando un menor se muestra irritable pone en duda la jerarquía familiar o desafía a sus padres, está comunicando a sus padres que no sabe qué hacer con sus emociones y debe empezar a poner límites e ir marcando pautas para que se exprese y se ponderen valores como la responsabilidad y la disciplina.
Debe buscarse un diagnóstico profesional
Y aunque en algunos casos los padres piensan que es un Trastorno de Déficit de Atención u otro de este tipo, se debe prestar atención en cómo se relacionan con los padres, porque al final este patrón los lleva a otras condiciones que también hacen que tengan una mala convivencia con otros niños.
Enfatizan que antes de medicarlos o llevarlos a terapias, los padres deben analizar cómo se relacionan en la familia y cómo actúa el niño en diferentes contextos sociales como la escuela o en la convivencia con otros infantes, pues son los propios padres los que tienen un papel importante en la construcción de la personalidad de los niños.
Destacó que durante los últimos años ha existido una evolución en la formación conductual de las niñas y niños, en la que se han modificado los estilos de crianza para evitar situaciones de frustración en su vida diaria.
Sin embargo, el impedimento de estas ha desencadenado comportamientos inadecuados donde el menor obtiene siempre lo que quiere.
El especialista recalcó que, desde la etapa de la lactancia se puede fomentar que el pequeño sea caprichoso o berrinchudo cuando no se le da respuesta inmediata a sus deseos y esta conducta se refuerza en los años formativos donde incluso es desobediente, mandón o agresivo.ç
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Es por ello que resulta importante que en el núcleo familiar se establezcan claramente las reglas y acuerdos de convivencia desde la tolerancia y la empatía, donde quede definida la autoridad de los padres. Reiteró: “Es importante establecer la autoridad ante el pequeño y que comprendan las limitaciones. Conforme crecen, estas acciones negativas pueden afectar su desarrollo emocional”.
Ahora que ya conoces los factores que desencadenan el síndrome del niño emperador, puedes darte una idea si tu hijo padece esta condición, pero recuerda acudir con un especialista en el área de salud mental para niños antes de tomar cualquier decisión.