Cada año se detectan de ocho a 10 nuevos casos de cáncer infantil en el Hospital de Especialidades “Dr. Carlos Canseco” en Tampico, una cifra alarmante que expertos asocian principalmente a dos factores: la mala alimentación y la detección tardía de la enfermedad.
La oncóloga pediátrica del hospital, Liliana Elizabeth Ortiz Suárez, explicó que la falta de una dieta equilibrada rica en frutas, verduras y alimentos frescos, sumado a un alto consumo de productos ultraprocesados, está contribuyendo al debilitamiento del sistema inmunológico de los niños.
Esto aumenta considerablemente, según la experta, su vulnerabilidad al cáncer infantil, una de las caras más dolorosas de esta enfermedad.
Detección tardía, un reto constante
Uno de los mayores desafíos a los que se enfrentan médicos y familias es el diagnóstico tardío, ya que esto complica los resultados positivos en el tratamiento.
“El cáncer infantil tiene una alta tasa de curación si se detecta a tiempo, pero muchos padres no reconocen los primeros síntomas, como la fatiga extrema, fiebre constante o la pérdida de peso inexplicable, hasta que la enfermedad ya está avanzada”, señaló Ortiz.
Esta falta de conciencia y acceso a chequeos médicos oportunos retrasa el inicio del tratamiento y reduce las posibilidades de éxito.
“Desde antes del nacimiento es importante que se comience a cuidar la alimentación tanto de la madre como evitar la exposición a otros agentes tóxicos, como el humo del cigarro y el consumo de alcohol. Los primeros cinco años del niño son vitales para la revisión periódica”, explicó.
Tipos de cáncer más comunes
En la región los tipos de cáncer más comunes entre los niños son la leucemia, el linfoma y los tumores cerebrales.
Según datos proporcionados por la Secretaría de Salud, estos casos representan más de 60% de los diagnósticos en pacientes pediátricos y las tasas de supervivencia son considerablemente más altas cuando la enfermedad se detecta en etapas tempranas.
Especialistas como la doctora Ortiz coinciden en que la clave para reducir el aumento de casos de cáncer infantil radica en la prevención y la educación.
“Es fundamental promover hábitos alimenticios saludables desde temprana edad y realizar revisiones médicas periódicas”, añadió.
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Las autoridades de salud también han iniciado campañas para concientizar a la población sobre la importancia de la detección temprana y el reconocimiento de los síntomas.
El secretario de Salud estatal, Vicente Joel Hernández Navarro, señaló que las campañas de concientización que se desarrollan en todas las clínicas intensifican las actividades para que las niñas, niños y adolescentes acudan a la unidad más cercana a solicitar valoración médica oportuna para la detección de signos y síntomas de este padecimiento.
Mediante capacitaciones a madres, padres o tutores, así como la referencia a las unidades hospitalarias de los casos sospechosos, entre otras acciones, como campañas de difusión, se busca revertir los diagnósticos tardíos.
“Se trata de concientizar a la población sobre la importancia de detectar de manera oportuna los signos y síntomas de cáncer en la infancia y la adolescencia. Por ello, se enfatiza que un diagnóstico y tratamiento a tiempo son clave para mejorar las posibilidades de supervivencia del paciente”, destacó Hernández Navarro.
Para ello, es importante vacunarlos contra la hepatitis B para prevenir el cáncer hepático y contra el virus del papiloma humano para prevenir el cáncer cervicouterino; biológicos que se encuentran disponibles en las unidades de salud; así como aplicar otras medidas como la detección precoz o el tratamiento de infecciones crónicas.
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Cabe mencionar que la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que cada año padecen cáncer unos 400 mil niños y adolescentes de entre 0 y 19 años. Los más comunes en estas edades son las leucemias, los tumores cerebrales, los linfomas y tumores sólidos como el neuroblastoma y los tumores de Wilms, que afectan los riñones.
Desde la OMS también se han impulsado programas escolares que incluyen la enseñanza de hábitos alimenticios más saludables y la reducción del consumo de comida chatarra en las instituciones educativas.
De acuerdo con el Servicio de Oncología del Instituto Nacional de Pediatría (INP), los pacientes pediátricos más detectados son por leucemia, especialmente la linfoblástica aguda, que en su mayoría afecta a pacientes de entre cinco y seis años, y representa 50% de los casos detectados en el INP.
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En segundo lugar se ubican los tumores del sistema nervioso central, que son más difíciles de diagnosticar; por lo tanto, generalmente los pacientes son referidos tardíamente a hospitales de tercer nivel. Los más comunes son los meduloblastomas y astrocitomas, de los cuales el INP diagnostica entre 35 y 40 casos por año.
La especialista propuso modificar los planes de estudio de la Licenciatura en Medicina para que la materia de Oncología sea obligatoria, a fin de que todos los médicos generales cuenten con conocimientos sobre esta patología, que es considerada un problema de salud.