Se vislumbra que en marzo del año entrante se vea el final de la pandemia de Covid-19, pero comenzará el reto de abatir las afectaciones en salud mental que ha dejado para lograr una readaptación social entre la población.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que el impacto del teletrabajo, el desempleo temporal, la enseñanza en casa y la falta de contacto físico con familiares, amigos y colegas contribuyeron a un cambio de hábitos de vida que se desarrollaron envuelto en miedos y preocupación por la circulación del coronavirus.
Para lograr la readaptación de la sociedad, es indispensable que se abatan los daños psicológicos que crearon afectaciones emocionales, partiendo de una contribución global en la que se brinden ayuda especializada, principalmente a trabajadores y estudiantes, para llegar a la nueva normalidad postpandemia.
READAPTACIÓN SOCIAL, EL RETO DE LA NUEVA NORMALIDAD
“Es importante la readaptación a la nueva normalidad, porque, aunque se tiene el anhelo de regresar, se tiene una afectación en la productividad como en la vida social que puede llevar a un cuadro grave mental, si no se atiende esta afectación que se tiene, que llevaría a un declive social aun cuando ya no estemos en pandemia”.
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Así lo indicó en entrevista la expresidenta del Colegio de Psicólogos del Sur de Tamaulipas A.C., Mercedes Urbina González definiendo a la readaptación como una estrategia en la que se detecten los problemas psicosociales y trastornos psiquiátricos, principalmente de dos ejes, estudiantes y trabajadores, que serán quienes después de estar casi dos años en confinamiento reanuden estas funciones.
Entrevistada en el marco del Día Mundial de la Salud Mental que se conmemoró el 10 de octubre, la especialista indicó que se tienen que considerar los siguientes aspectos para lograr la readaptación de la población: escuelas y centros laborales.
En planteles educativos consideró que se debe ser sensibles a las pérdidas que los menores han vivido, enfocándose, que el proceso es diferente en cada uno; y enfrentar el retraso cognitivo, educativo y psicológico -que pueden causar los problemas mentales que presenten estudiantes-, a través de ayuda o terapia psicológica como parte de un sistema educativo.
En centro laboral se deberá brindar capacitación y actualización de las responsabilidades de cada trabajador que estuvo en homeoffice; y apoyo terapéutico y motivacional, para lograr la adaptación a trabajos de oficina y no tener resultados finales de baja productividad, que impactarían de manera general a la población.
40 MIL CASOS Y 50 SUICIDIOS EN MEDIO AÑO EN TAMAULIPAS
De acuerdo con la Secretaría de Salud del Estado de Tamaulipas (SST) de enero a agosto de 2021, fueron 39 mil 169 personas las que recibieron tratamiento psicológico, detectando entre ellos trastornos de ansiedad, ataques de pánico, depresión mayor, consumo de sustancias adictivas, fobias, trastornos obsesivo-compulsivo, hipocondría, riesgo suicida y estrés postraumático.
Estas atenciones son derivadas a las afectaciones de la pandemia de coronavirus, así lo indicó la titular de la dependencia, Gloria Molina Gamboa señalando dos ejes: el confinamiento y el exceso de información, que ha caracterizado a esta pandemia.
Para agosto de este mismo año, la funcionaria confirmó el registro de 50 suicidios concretados, una de las cifras más altas de los últimos años, en un periodo de solamente medio año, de los que 40 eran hombres y 10 mujeres.
En el Hospital Psiquiátrico de Tampico se registró un aumento de hasta 60% en consulta de jóvenes, de entre 20 a 35 años, con cuadros de depresión y ansiedad, esto en los primeros seis meses de este año, además han aumentado los casos de atención de personas con padecimientos como esquizofrenia.
La Comisión de Salud del Cabildo de Tampico ha indicado que se tiene un alto impacto de intentos de suicidios entre adultos mayores, en lo que va de agosto y septiembre, llegando a canalizar al Psiquiátrico hasta siete casos semanales.
SOLEDAD, UN DUELO PENDIENTE TRAS EL COVID-19
Urbina González reveló que esta alta incidencia se debe a un factor: la soledad provocada por la pandemia, desde la perspectiva de un duelo que la población no ha sanado y que forma parte elemental de la readaptación que se debe lograr.
“El duelo que no ha podido trabajar la población, ese duelo por una pérdida humana, por el cambio del entorno, cambio en la vida social y familiar, en cuestión laboral, en la convivencia, hay una soledad implícita, existe un aislamiento que se traduce en un duelo no resuelto que no se manifiesta aún de manera global porque no existen áreas donde lo puedan hacer y lamentablemente quienes lo manifiestan llegan a consecuencias fatales (el suicidio)”.
La psicóloga dijo que existen tres ejes principales que han llevado a un duelo profundo a población de todas las edades, desde niños hasta adultos mayores, que son: pérdidas económicas por desempleo que provoca inestabilidad; pérdidas familiares por las ausencias de fallecidos por Covid-19 y la restringida convivencia social, que se traduce en la pérdida de amigos, interacción con seres amados y el miedo repentino a actividades ordinarias.
La soledad lleva a una depresión profunda en la que la persona requiere de sanar heridas y cerrar el duelo vivido “sienten que lo perdieron todo, no lo manejan de forma adecuada, al vivir el duelo se sienten incomprendidos, y la magnitud solo lo sabe la persona que lo vive, se considera en la familia que todos sienten igual o que se les pasara la desolación, y se deja, pero se cae en un suicidio sin darnos cuenta por no atender las señales”.