A todas las personas, al menos una vez en su vida, les han roto el corazón. Todos, en algún momento, han suspirado por una relación imposible, anhelando algo fuera de su alcance. Esa sensación agridulce de dolor y deseos insatisfechos, recibe un nombre: “el mal de amores”. Descubre qué es y cómo se vive este problema en diferentes culturas.
¿Qué es “el mal de amores”?
La psiquiatra Rosa Molina, en entrevista para el periódico español “El mundo”, define “el mal de amores” como: “un rechazo, [el cual] inevitablemente nos produce dolor.
El rechazo genera un profundo sentido de pérdida y puede poner en peligro nuestra salud. El dolor no es solo psíquico, también es corporal”.
La especialista explica cuáles son los problemas a la salud física y mental de “el mal de amores”: Se experimenta una serie de punzadas al corazón, una sensación de ahogo, tensión muscular, falta de apetito, problemas de sueño y, en el peor de los escenarios, una deformación pasajera del ventrículo izquierdo del corazón.
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En el plano emocional, las personas presentan cambios de humor drásticos, oscilando de la alegría a la tristeza en cortos periodos. Además, surgen sentimientos de ambivalencia, pensamientos constantes de incertidumbre y síntomas evidentes de ansiedad.
De Colombia a la India: el dolor es el mismo
En Colombia se conoce con el término “tusa” al pesar que se origina por un fracaso amoroso.
En el continente europeo, los alemanes hacen referencia a los efectos negativos de la enfermedad del amor como “liebeskummer”.
Los franceses, en cambio, designan como “la douleur exquise” a la fatalidad de añorar un amor irrealizable. Los rusos describen el mismo padecimiento como “toska”.
Por su parte, en la India, en idioma “hindi” existe la palabra “viraag” para nombrar a la desdicha producida por estar lejos del ser amado. En “bodo” está el concepto de “onsra”, para señalar la certeza de lo efímero de una relación.
¿Cómo gestionar el mal de amores?
A todas las personas les han roto el corazón, pero algunos procesan mejor que otros el trago amargo de las decepciones amorosas.
La psiquiatra Rosa Molina da una serie de consejos para atravesar las crisis de afecto. Lo primero es aprender a gestionar las emociones por medio de la honestidad, la validez y la serenidad.
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Lo segundo, es aceptar la situación como parte de un proceso. Sentirse solo, triste y desdichado después de un rechazo es normal. Tercero, es crucial distraer la mente y ocupar el tiempo en otras actividades.
En caso de notar una incapacidad para realizar actividades cotidianas de manera satisfactoria, es indispensable buscar ayuda profesional.
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En fin, no importa cómo se llame, sí “onsra”, “viraag”, “toska”, “la douleur exquise”, “liebeskummer” o “tusa”, el “mal de amores” se vive en diferentes culturas a lo largo del mundo. Ya lo dijo Martin Urieta en una de sus canciones: “Pudiéramos morir en las cantinas y nunca lograríamos olvidarlas (ni olvidarlos)”.