Por Mariángel Calderón
México, 22 Ene (Notimex).- “En 50 minutos me destrozaron lavida y el alma”, señaló Abril, al recordar el día en el quenació su primer hijo en un hospital público.
Ella, como muchas mujeres en el mundo, sufrió lo que llamanviolencia obstétrica, práctica en la que se violentan losderechos reproductivos de las mujeres.
Abril, madre de dos hijos, refirió que estaba preparada para lallegada de su primer bebé, al tomar cursos de psicoprofilaxis ycontar con información de todo el proceso del parto; sin embargo,al llegar al nosocomio su realidad fue otra.
“Todo iba bien hasta que me canalizaron con oxitocina, ahí meperdieron, cuando deciden por ti y tus expectativas de cómo va anacer tu hijo te entra la impotencia, pero ya estás ahí”,comenta.
No obstante, las cosas fueron diferentes con la llegada de susegunda hija, quien fue recibida por una partera en su casa y encompañía de su familia, y quedó tan contenta con la manera en laque llegó su hija que quiso volver a vivir una y otra vez laexperiencia. “Te sientesempoderada, llena de energía, a los tres días de que mi hijanació ya estaba caminando, no como con mi hijo, que tardé muchomás tiempo en estar completamente restablecida”,recordó. En ese sentido, la presidenta de laAsociación Mexicana de Partería, Cristina Lord, explicó quecuando una mujer tiene un parto que sale muy distinto a lo que ellapensaba, ésto le causa una herida emocional.
Detalló que a las mujeres se les niegan los derechos básicosal momento de parir, debido a que no pueden ser acompañadas,tampoco colocarse en la posición en la que se sientan máscómodas, aunado a que no se les explican los procedimientos y sele restringen los alimentos y el consumo de líquidos, entre otrasprácticas como la episiotomía.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) y laNOM-007-SSA2-2016, para la atención de la mujer durante elembarazo, parto y puerperio, dichas prácticas deben ser limitadasy fundamentadas para cada caso.
Según enfermeras del sector público entrevistadas por Notimex,dichas consideraciones no se realizan debido a la cantidad demujeres por atender, así como por la insuficiencia de personal yla necesidad de proteger la salud de las madres y de losbebés.
Además, refirieron que a diferencia de los hospitales privados,en los públicos sí se propician más los partos que lascesáreas.
Al respecto, Cristina Lord expuso que la OMS establece que latasa de cesáreas por país debe ser de entre 10 y 15 por ciento;en el continente americano “hay epidemia de cesáreas”, y apartir de 25 por ciento la tasa de mortalidad materna comienza aincrementar por complicaciones. “Una cesárea, está demostrado, es máspeligrosa para la mamá y el bebé si es un parto de bajo riesgo,lo que puede comprometer la vida de ambos; sabemos que para unamadre una cesárea es una cirugía mayor, implica una anestesia yel doble de pérdida de sangre, y en el bebé implica una mayorprobabilidad de ingreso a cuidados intensivos en el primer día porproblemas de respiración y transición”,dijo. Además, refirió que de acuerdo condiversas investigaciones, se sabe que la cesárea para los bebésimplica en el largo plazo tres veces más de probabilidad deobesidad mórbida, diabetes y enfermedades autoinmunes, comoartritis y asma.
Indicó que en la región, con excepción de Canadá, seeliminó del sistema de salud a la partería, lo que deriva en unincremento de cesáreas de alrededor de 40 y 50 por ciento en lazona, lo que además representa a los gobiernos un gastoimpresionante en materia de salud, aunado a la sobrepoblación enlos hospitales.
Ello, dijo, debido a que no sólo se invierte en realizar unacirugía, sino que en el largo plazo, si una cesárea esinjustificada, las mujeres pueden sufrir complicaciones para volvera quedar embarazadas, o bien presentar problemas de placentaprevia.
Cristina Lord, quien tiene 19 años atendiendo partos y habertraído a alrededor de mil niños al mundo, señaló que a nivelpoblacional, cuando la mitad de un país nace por cesárea, en ellargo plazo podría haber problemas de salud pública, las cualestienen un costo alto para el Estado.
Manifestó que en México se eliminó a la partería del sistemade salud en los años 60 por decreto presidencial, ademásdesaparecieron las escuelas dedicadas a la enseñanza de estaprofesión, con lo que las competencias de la partería fuerontrasladadas a la medicina general y a la enfermería.
Con ello, dijo, dos profesiones que ya tienen mucho por hacerpor la salud de la población también tienen que ser expertos enpartos, cuando éstos, si la madre y el bebé son saludables, sonun proceso natural que puede ser atendido por parteras, lo queademás mitigaría el factor de sobrepoblación en loshospitales.
Señaló que de acuerdo con la Confederación Internacional deMatronas, el organismo internacional que conjunta a lasasociaciones de parteras en el mundo, tiene establecido que lapartería es una profesión autónoma.
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Expuso que una partera sigue la salud de la mujer durante suciclo reproductivo, atiende partos normales de mujeres de bajoriesgo, de mujeres sanas con bebés sanos, y en el modelo departería la mujer elige dónde parir.
Puntualizó que en condiciones normales en las que la madre hatenido un embarazo sano y el bebé viene en buenas condiciones, lapartería es un esquema más humano y carente de peligros, pues lasparteras cuentan con estudios y certificaciones para atender unparto. “Lo que hace laAsociación Mexicana de Partería es crear un sistema decertificación para las parteras, crear estándares para laeducación de las parteras y fortalecer que la asociación sea ungremio profesional que proteja la profesión”,dijo. Expuso que el criterio para ser miembroactivo de la asociación es ser una partera reconocida por lacomunidad, o contar con licenciatura en enfermería y obstetricia,o bien ser enfermera perinatal, partera técnica, autónoma ytradicional.
“La buena noticia del parto en casa y del parto natural es queel bebé nace sano y bien, porque no recibieron anestesia, porqueno fueron inducidos, entonces es muy raro que un bebé nazcacomprometido en un parto natural”, subrayó.
El parto para una mujer, más allá de ser un evento biológico,es trascendental, es un evento familiar; además, el proceso delnacimiento le acerca al niño a cómo ocurren las crisis, entonces,lo que hace en el cerebro del bebé es una impronta de reacciónante la crisis.
Al respecto, explicó que el contexto emocional en el que naceel bebé es fundamental, lo que la madre y el bebé sienten setraduce en hormonas, cuando se siente felicidad se liberaoxitocina.
En contraparte, si se percibe estrés se libera adrenalina, queen exceso y de manera continua puede ocasionar colitis, gastritis yproblemas de cicatrización en el largo plazo.
En la partería se entiende a la madre y al bebé como uno solo,las parteras van a la casa de la madre cuando ya el parto está enproceso, por lo general van acompañadas de dos o más parteraspara así estar seguras de que tanto la mamá como el bebé esténbien atendidos.
Además, el recibimiento del bebé se hace en un contexto másíntimo y en ningún momento se separa a éste de la madre; estácomprobado que los niños que están solos tienen más problemas desalud, con taquicardias y con el sistema inmune más débil.
En cuanto a la violencia obstétrica, la presidenta de laAsociación Mexicana de Partería abundó que aun cuando no existeninvestigaciones suficientes en la materia, se sabe que algunasprácticas como la realización de episiotomías, revisión decavidades y la canalización de oxitocina sin ningún fundamento,son dañinas para la salud física y emocional de la madre.
“Cuando hablamos de violencia obstétrica tenemos que hablarde un sistema y no acusar a personas, mirar de qué manera elsistema está ayudando o abandonando a las mujeres”,manifestó.
Agregó que los hospitales atienden más partos de lo quepueden, por lo que es necesario incluir el modelo de partería enel sistema de salud pública para mujeres de bajo riesgo, lo queayudaría a tener prácticas más humanas y descongestionar lassalas de hospital.
“Necesitamos un país, un mundo, donde las mujeres esténfortalecidas, se sientan seguras de que el proceso de llegada de subebé les ayudó a ser mejores madres”, concluyó.
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