El hecho de que nuestros dedos se arrugan por pasar mucho tiempo en el agua sigue asombrando a los más pequeños de la familia y de acuerdo con los científicos, esto se debe a los procesos químicos y físicos que ocurren en nuestro cuerpo.
En temporada de verano donde miles de personas alrededor no solo de Tamaulipas o México, sino del mundo, disfrutan de las albercas o de largas duchas es común que resurja esta duda y es que se trata de una situación que a casi todos nos ha pasado.
¿ACASO NOS HINCHAMOS?
Antiguamente se creía que el agua ingresaba a nuestra piel por osmosis y eso hacía que se hincharan nuestros dedos. Sin embargo, la ciencia ha descubierto que eso es falso, detallan los integrantes del Museo Interactivo Mirador (MIM).
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“Resulta ser todo lo contrario, la piel de nuestras manos y pies no se hincha, sino que se contrae debido a una respuesta de nuestro sistema nervioso autónomo”, explica Carolina Ruiz, facilitadora del MIM.
UNA REACCIÓN INVOLUNTARIA
En este sentido, se indica que cuando sumergimos estas partes del cuerpo en agua, el líquido penetra mediante nuestras glándulas sudoríparas y su entrada produce una reacción involuntaria del sistema nervioso autónomo.
“Esa estimulación produce una contracción de los músculos que se encuentran alrededor de los vasos sanguíneos, produciendo así una vasoconstricción. Esta vasoconstricción es la que reduce el tamaño de las yemas de los dedos en manos y pies formando esas distintivas arrugas de la piel y también es la razón por la que nuestra piel se ve más clara”, comenta en un video difundido en las redes sociales del museo.
CUÁL ES SU FUNCIÓN
Tras lo anterior, añade que los científicos han relacionado este efecto del cuerpo humano como una respuesta de adaptación que incluso les dio a nuestros antepasados una ventaja evolutiva.
Algunos estudiosos creen que los dedos arrugados por el agua ayudaron a que el hombre pudiera recoger frutos u otros alimentos de lagunas, lagos, ríos y arroyos. Sin embargo, su función aún sigue siendo tema de debate.
