En ninguna fiesta pueden faltar aquellos asistentes que miran los centros de mesa o las mesas de postres más como souvenirs que como un detalle por acudir a un evento social al que fueron cordialmente invitados por amigos o familiares.
Y es que sin importar la familiaridad o amistad, hay quienes se aprovechan de sobremanera y arrasan con los recuerditos, así como con los arreglos florales, e incluso hasta con la comida, y esto sucede en México y en cualquier parte del mundo.
Eso mismo fue lo que le sucedió a una novia en su propia fiesta de bodas, en el estado de Pensilvania, Estados Unidos y que decidió exponer a una invitada “peculiar” en la cuenta de Facebook: That's it I'm a Wedding Shaming (Eso es todo, soy una crítica de bodas).
Resulta que ella y su ahora esposo realizaron una pequeña ceremonia con familiares y amigos cercanos que no rebasaban la cantidad de 30 personas y para el banquete pensaron que ofrecer buffet era una buena idea.
Días antes, el padre de la novia le había comentado a ésta que a la celebración acudiría una amigo de él y su hija con su marido, sin embargo, la novia a través de redes sociales dio a conocer que dicha invitada no llevó a su marido, pero en su lugar la acompañaron 10 tuppers para llevar comida.La afectada mencionó que: "Tuvimos una boda estilo buffet y servimos una mesa de galletas.
"Ella llenó siete tuppers con comida para llevarse a su casa, se sirvió en tres contenedores las galletas caseras, tomó un par de botellas de cerveza y la mayoría de los centros de mesa".
Además, agregó que "ella no es pobre en ningún sentido. ¡Probablemente esté mejor económicamente que yo, y asumo que es porque simplemente se aprovecha de todos y de todos los que puede!¡Pero en serio! ¿Quién hace esto?".
Cabe señalar que la novia se enteró de lo ocurrido un día después de la boda cuando su padre le contó lo que había pasado, por lo que decidió hacer uso de las redes sociales para exponer a una persona que al parecer es oportunista.
Para rematar, el regalo que marido y mujer recibieron por parte de la invitada incómoda fueron cinco dólares, algo así como 100 pesos.