El apellido Uruchurtu es común en las historias de los hermosillenses de la actualidad, principalmente por un personaje que perteneció a esta familia y debido a la existencia de un recinto en el que se realizan actividades culturales. La conocida "Casa Uruchurtu", en la calle Rosales, fue donde vivió el único sonorense que viajaba a bordo del Titanic: Manuel Uruchurtu.
Fue en aquel momento, el protagonista de la única travesía que realizó el lujoso trasatlántico que tuvo un trágico final el 15 de abril de 1912.
De Inglaterra a Nueva York, la travesía del Titanic a la que no llegó
El Titanic zarpó de Southampton, Inglaterra con destino final a Nueva York y en él se embarcó el protagonista de este texto.
Antes de partir, envió un telegrama a su esposa Gertrudis Caraza, informándole que viajaba por esta vía “insumergible”; la siguiente noticia que se tuvo que el naufragio y que su cuerpo nunca fue encontrado, al igual que cientos de pasajeros que tuvieron la misma suerte.
La información que recibió la familia Uruchurtu, con la que se completó en particular el trágico fin de Manuel fue que al momento del caos y la emergencia para ponerse a salvo, él cedió su lugar en un bote salvavidas a una mujer inglesa de nombre Elizabeth Ramell Nye, quien años después viajaría a Hermosillo a reunirse con los descendientes del hombre por quien viva.
Uruchurtu Ramírez se dedicaba a la política y tenía casi 42 años cuando el naufragio del Titanic lo catapultó a la historia (nació el 27 de junio de 1872); su bisnieto Antonio Uruchurtu, compartió que fue diputado en cuatro ocasiones y funcionario público en los tiempos de Porfirio Díaz.
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Había viajado a Europa para visitar a sus compañeros y conocer las cortes españolas; partió con pocos recursos y su viaje de regreso a México sería en un barco normal, pero un amigo suyo le cambió el pasaje por un billete en primera clase en el Titanic.
Su destino final se conoció dos semanas después por medio de un telegrama que informaba sobre su muerte y desaparición.
A 110 años continúan cuestionando si Uruchurtu fue un héroe o no
A casi 110 años de la muerte de Manuel Uruchurtu hay quienes se cuestionan si fue un héroe por su acto de generosidad; su historia ha sido muy contada y ha sido el protagonista de una novela de la mexicana Guadalupe Loaeza titulada “El caballero del Titanic”.
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La escritora aseguró que en su investigación no encontró pruebas que sustentaran su acto heroico, o de caballerosidad; en cambio, su bisnieto asegura que aunque no hay documentos gráficos con los que se pueda comprobar, sí existió el testimonio de quien ocupó su sitio en el bote y salvó su vida.
Elizabeth Ramell lo contó a la familia Uruchurtu en su viaje a Hermosillo, Sonora en 1916; de este hecho también dieron fe algunos vecinos y un maestro que hizo de traductor, asegura Antonio.
Loaeza, por su parte, aunque tiene publicado un libro sobre esta hazaña, ha señalado que no está muy segura de la anécdota, pues en la biografía oficial de la mujer quien formó parte del Ejército de Salvación, no hay referencias de que haya viajado a México.
“Cuando fue rescatada en el barco Carpatia, Elizabeth escribe una larga carta a sus padres dando cuenta de cómo se salvó, y en ningún momento se refiere el hecho de Uruchurtu", señala Guadalupe Loaeza.
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Sin embargo, agregó que escribió su historia porque se trata de un hecho muy idealista, “lleno de valores” y porque llamó su atención la caballerosidad.
No obstante, en Hermosillo las historias urbanas señalan la casa donde nació Manuel Uruchurtu (que hoy es la sede de la Sociedad Sonorense de Historia); dónde estaba la vía del tren de donde ella descendió para encontrarse con la familia y hasta donde está ubicado el predio en que se encontraba la casa a la que ella llegó para contar cuáles fueron las últimas decisiones que tomó el pasajero sonorense que viajaba en el Titanic.
Información originalmente publicada en EL SOL DE HERMOSILLO