En 1837, en Reino Unido, se publicó la historia “Ricitos de oro y los tres osos”, de la pluma de Robert Southey, quien se presume obtuvo la inspiración para el relato a través de la tradición oral escocesa. Casi dos siglos después, en la zona conurbada de Tampico, con motivo del Día del niño, se realizó una lectura en voz alta del cuento en el Parque Lomas de Rosales.
El día viernes 26 de abril, cerca de las 11:00 horas, niños y adultos se dieron cita para conocer la “Versión imprevista de Ricitos de oro” en voz de Esperanza Guevara Meza, mejor conocida como “Miss Espe”
¿Quién era Ricitos de Oro?
Casi todo el mundo conoce el cuento de “Ricitos de oro y los tres osos”, donde la familia de los osos decide dar un paseo con el objetivo de dar tiempo a que su avena se enfríe. Lo que los osos no se esperaban es que ese mismo día una niña iba a tocar a su puerta y tras no encontrar respuesta iba a entrar al domicilio.
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Dependiendo a quién le preguntes, Ricitos de Oro era una simpática niña con una alta dosis de curiosidad, quien guiada por su ingenuidad, aunque con las mejores intenciones, ingresa a una casa sin ser invitada y, cómo estaba tan cansada probó todas las camas, hasta encontrar la que le resultaba más cómoda para dormir.
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Sin embargo, otra interpretación sugiere que Ricitos de Oro debía aprender más sobre prudencia y disciplina, ya que disfruto comida que no le fue convidada y destruyó propiedad ajena (en específico: la silla del bebé oso). Eso sin contar el hecho de que destendió las camas que mamá Osa ya había arreglado.
A través de letras y manualidades celebran el Día del niño (aprendiendo sobre osos)
Además de la lectura en voz alta del relato, todo indica que el público infantil disfrutó de una rebanada de pastel de chocolate, realizó manualidades y aprendió más sobre los osos, por ejemplo, descubrieron que habitan en los bosques de América, Europa y Asia.
De acuerdo a National Geographic en el mundo existen ocho especies de osos. Está el oso panda, quien es fan del bambú; el oso perezoso que prefiere las hormigas y las termitas; el oso de anteojos con predilección por la miel; el oso malayo, a quien le gustan las raíces y los insectos; sin olvidar al oso negro de Asia, quien en su dieta incluye un alto porcentaje de frutos secos.
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Por su parte, el oso negro americano es conocido por trepar árboles; el oso polar tiene su hogar en el frío Ártico; y por último está el oso pardo, el cual es omnívoro y tiene el mayor índice problacional de la especie.
Por desgracia, el Fondo Mundial para la Naturaleza México (WWF, por sus siglas en inglés) reporta que seis de las ocho especies de osos se encuentran en peligro de extinción. Por ello, quizás sea buena idea que el público infantil de la zona conurbada de Tampico, contrario a Ricitos de Oro, no se termine la comida de los osos.