La rabia es un virus muy conocido del que poco se sabe, cifras de la Organización Mundial de la Salud estima que 150 países y territorios son afectados por este virus, ya que la rabia te mata pues aunque se tenga como algo que sólo afecta a los animales, realmente es un padecimiento que tiene consecuencias mortales para el ser humano y cuya prevención es necesaria.
La rabia es una enfermedad vírica infecciosa que acaba siendo mortal en casi todos los casos una vez que han aparecido los síntomas clínicos, la enfermedad afecta a animales tanto domésticos como salvajes y se propaga a las personas normalmente a través de mordeduras por la saliva de animales infectados y también por arañazos.
La gran mayoría de las muertes por rabia en el ser humano son ocasionadas por el perro como fuente de infección. En el 99% de los casos de transmisión a los humanos, la enfermedad es contagiada por estos animales.
A pesar de que es una enfermedad prevenible, estos datos son los que alertan aún a las autoridades:
*Muere una persona cada 9 minutos por este virus
*40% de las víctimas son menores de 15 años
*De 2010 a 2014 se confirmaron nueve mil 500 muertes humanas
El periodo de incubación de la rabia suele ser de 1 a 3 meses, pero puede oscilar entre una semana y un año, dependiendo de factores como la localización del punto de inoculación y la carga vírica.
Las primeras manifestaciones son la fiebre acompañada de dolor o parestesias en el lugar de la herida. La parestesia es una sensación de hormigueo, picor o quemazón inusual que a medida que el virus se propaga por el sistema nervioso central produce una inflamación progresiva del cerebro y la médula espinal que acaba produciendo la muerte.
La enfermedad puede adoptar dos formas:
La primera es la rabia furiosa en la que los enfermos presentan signos de hiperactividad, excitación, hidrofobia (miedo al agua) y, a veces, aerofobia (miedo a las corrientes de aire o al aire libre), y la muerte se produce a los pocos días por paro cardiorrespiratorio.
La otra forma es la rabia paralítica representa aproximadamente un 30% de los casos humanos y tiene una evolución menos grave y, por lo general, es más prolongada. Los músculos se van paralizando gradualmente, empezando por los más cercanos a la mordedura o el arañazo. El paciente va entrando en coma lentamente y acaba falleciendo. A menudo, la forma paralítica no se diagnostica correctamente, lo cual contribuye a la subnotificación de la enfermedad.
La profilaxis postexposición es el tratamiento inmediato después una mordedura, el objetivo es impedir que la infección entre en el sistema nervioso central, lo cual provocaría la muerte inmediata. Esta profilaxis consiste en:
La limpieza a fondo y tratamiento local de la herida tan pronto como sea posible después de la exposición.
La aplicación de una vacuna antirrábica potente y eficaz conforme a las normas de la OMS y
La administración de inmunoglobulina antirrábica si está indicado.
El tratamiento eficaz inmediatamente después de la exposición puede evitar la aparición de los síntomas y la muerte.