Durante la década de los 90 un rumor recorrió la zona conurbada, al parecer, el diablo hizo acto de presencia en una discoteca. Algunos afirmaban que ocurrió en “La Fe Music Hall", otros decían que fue en “West Point” o en “Disco rodeo”, pero todos coincidían en lo mismo: un hombre con patas de cabra vagaba por las noches en la ciudad. Lo curioso es que la misma historia se contaba a lo largo de la república y del mundo.
La leyenda urbana del sur de Tamaulipas indica que un apuesto y bien vestido joven llegó a una disco, invitó bebidas a todos los presentes, comenzó a bailar con una joven, quien al poco tiempo gritó tan fuerte que su voz se escuchó con nitidez a pesar de la música. “¡Sus pies, sus pies”, dicen que señalaba desesperada.
¿Al diablo le gusta bailar? El origen de la leyenda urbana
El relato es casi siempre el mismo con algunas ligeras variaciones: era de noche, el lugar estaba lleno, un hombre apuesto ingresó al recinto, atrayendo la atención de todos, invitó una ronda de bebidas a los asistentes y se dispuso a bailar.
En el momento en que la joven que se encontraba en sus brazos, miró hacia abajo descubrió un detalle que la asustó, su pareja tenía por pies dos patas de cabra. La mujer gritó despertando la atención del público, que observó con extrañeza la anatomía del joven.
De pronto, el lugar quedó a oscuras y tras volver las luces, el “ser” mitad humano y mitad animal había desaparecido. Fue entonces que afirmaron: “Era el diablo, el diablo estuvo aquí”.
Dicha narración circula de boca en boca en México en lugares como Tijuana, León, San Juan de los Lagos, Colima, Durango, Baja California Sur y, por supuesto, Tampico. A nivel internacional se oye en países como Colombia, Panamá y Perú.
¿Quieres pactar con el diablo? Fausto y Dorian Gray te dicen cómo
Para quienes busquen iniciar una relación de negocios con Satanás, hay dos obras del canon de literatura universal que pueden servir como material de consulta, a saber,“Fausto” de Johann Wolfgang von Goethe y “El retrato de Dorian Gray” de Óscar Wilde. A continuación, damos a conocer las sinopsis. Se le pide al lector que comprenda que esto es únicamente un ejercicio de la imaginación.
A inicios del siglo XIX, el mundo conoció la historia de “Fausto”, un estudioso senil que dedicó toda su vida al conocimiento, solo para comprender en el ocaso de su existencia, que su tarea fue infructuosa. Abatido ante la pérdida de tiempo, cuando una noche el demonio Mefistófeles lo tentó con una oferta: su alma a cambio de juventud; Fausto aceptó y firmó el contrato con sangre.
Cabe aclarar que la presencia de Mefistófeles era consecuencia directa de una apuesta previa entre él y dios. Mientras dios aseguraba que existían seres incorruptibles, el diablo sostenía que cualquier persona, con el estímulo apropiado, podía optar por “el mal camino”.
El retrato de Dorian Gray
A finales del mismo siglo, aparecía “El retrato de Dorian Gray”. Dorian era un joven apuesto, un tanto ingenuo, quien modelaba para el pintor Basil Hallward, sin mayores preocupaciones que no fuesen asistir a reuniones sociales y presentaciones de teatro.
Tras una conversación con Lord Henry Wotton, Gray comprendió que las personas eran amables con él, no por su buena naturaleza de carácter, sino porque admiraban su belleza. No obstante, cuando con el paso del tiempo su atractivo disminuyera, también lo harían sus privilegios.
Atemorizado ante tal futuro, Gray proclamó al viento que daría lo que fuera porque su retrato y no él, envejeciera. No contó con el hecho de que “alguien” lo escuchaba y aceptaría la oferta.
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Dentro del gremio de las leyendas urbanas y las historias de terror, la figura del diablo, también conocido como “Satanás”, “Luzbel” o “El ángel caído”, es una de las más populares. Tanto que en diversas ciudades de México y el mundo, circula el rumor que un día llegó a bailar a una discoteca. Si vives en la zona conurbada, ¿cuándo escuchaste por primera vez esta historia?