El 09 de enero de 1937, León Trotsky y Natalia Sedova, desembarcan en Tampico, provenientes de Noruega. Para ese momento, llevan ocho años siendo refugiados políticos de distintas naciones. Sin embargo, sometidos a la presión de Stalin, los países han retirado su apoyo. Entonces, México le concede asilo humanitario al revolucionario ruso.
¿Quién fue León Trotsky y por qué la Rusia Soviética lo perseguía?
León Trotsky, cuyo nombre de nacimiento es Lev Davidovich Bronstein, fue un político y escritor ruso. Uno de los responsables de la Revolución de Octubre de 1917, momento en que se crea la Rusia Soviética y el poder de gobierno pasó a manos del Sóviet Petrogrado.
Un año después, en 1918, Trotsky firmaba en Bielorrusia el Tratado de Brest-Litovsk, donde Rusia se retiraba de la Segunda Guerra Mundial, a cambio de ceder a Alemania los estados de Polonia, Lituana, Letonia y Estonia; además de reconocer la independencia de Ucrania, Georgia y Finlandia. Para ese momento, los bolcheviques al mando de Lenin lideraban el país.
En 1924, Lenin fallece. Iósif Stalin, un dictador en ciernes, comienza su ascenso al poder de la Rusia Soviética bajo un sistema autoritario. Trotsky representaba un peligro real para Stalin. El Testamento de Lenin, entregado al Congreso del Partido Comunista Ruso, en 1922, rezaba: “Trotsky tal vez sea el hombre más capaz del actual Comité Central”.
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León Trotsky es exiliado. De acuerdo al Archivo General de la Nación de México, en 1929, Trotsky abandona la URSS, rumbo a Kazajistán, de ahí a Ucrania, Constantinopla, Turquía, Francia y Noruega.
De 1929 hasta 1937, fue perseguido por la GPU, la policía política de la Unión Soviética y el Kremlin. Alemania, junto con otros países europeos, rechazaron sus solicitudes de asilo. En Noruega, por presión de Stalin, es sujeto a arresto domiciliario por las autoridades.
El panorama político a nivel mundial es adverso para Trotsky y su familia, su hija mayor cometió suicidio, orillada por el estrés de la persecución de su padre. Entonces, el revolucionario recurre a una última medida, pregunta a Diego Rivera, si acaso México podría otorgar asilo.
México, el aliado inesperado
Acorde a la evidencia recogida por el Museo Frida Kahlo, el 02 de diciembre de 1936, en la Ciudad de México, se redacta la petición formal de refugio para León Trotsky, apelando a la tradición hospitalaria del país. Entre los firmantes, se encuentran Rivera y Kahlo, apoyados por el Secretario de Comunicaciones y Obras Públicas, Francisco J. Múgica.
Lázaro Cárdenas da una respuesta afirmativa a la petición y otorga refugio por humanidad al revolucionario ruso, bajo la condición de que Trotsky se limite a sus actividades intelectuales, sin pretensiones políticas en la esfera nacional.
El INEHRM redacta que la respuesta de Cárdenas fue: “Si el señor Trotsky puede llegar a México, el gobierno que represento le acordará el asilo”. Cuando recibe la misiva favorable a sus intereses, Trotsky y su esposa, la también revolucionaria Natalia Sedova, buscan la manera de pisar territorio azteca.
Tampico, el puerto de llegada
El Centro de Estudios, Investigaciones y Publicaciones, reproduce extractos de las Declaraciones de Trotsky en Tampico, donde él explica su itinerario de viaje. El 19 de diciembre de 1936 ha abandonado Noruega, bajo el más estricto de los secretos, a bordo del carguero Ruth, el cual lo ha transportado hasta el puerto jaibo.
En Tampico lo esperaban Frida Kahlo y Diego Rivera, con los cuales Trotsky vivió dos años en su domicilio en Coyoacán. Una vez fracturada la relación entre las partes, Trotsky y su esposa se mudan a un domicilio cercano, mismo donde el revolucionario va a encontrar la muerte.
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El primer atentado contra su vida, se produce a cargo de David Alfaro Siqueiros, quien desata una ráfaga de disparos sobre la casa del revolucionario ruso. El último ataque y el definitivo, lo realiza Jaime Mercader del Río, cuando le clava un azadón en el cráneo a Trotsky.
Aunque efímera, existió una relación entre el revolucionario ruso León Trotsky y el Puerto de Tampico. Fue el primer sitio de México que él conoció, una muestra de la vida que le esperaba en suelo nacional, en el único país dispuesto a otorgarle asilo humanitario.