Los meses sin “r” debían evitarse, además de que su preparación y manejo requerían de una especialidad y habilidad que muy pocos tenían, sin embargo, algunos comercios se arriesgaban a ofrecerlo en platillos aún muy sencillos, lejos de la sofisticación que ha alcanzando en nuestros días.

Aunque parecería algo muy común hoy que en bares, cantinas y restaurantes en su menú tengan platillos a base de pescados y mariscos, fue apenas a mediados del siglo pasado, a finales de la década de 1950, cuando realmente se empezó a propagar la costumbre de comer en restaurantes o cantinas los ahora populares productos del mar.

En un edificio de estilo neoyorquino estuvo "La Tamaulipeca"

“Uno de los primeros restaurantes en tener un menú completo de platillos a base de pescados y mariscos fue 'La Tamaulipeca', que se ubicó en un edificio de estilo neoyorquino en las calles Díaz Mirón y 2 de Enero, en lo que se conoce ahora como el segundo cuadro en Tampico”, comenta Adrián Pérez Sobrevilla, historiador y promotor cultural de la ciudad.

Señala que el negocio inició en un costado del inmueble por la calle 2 de Enero, “era un pequeño restaurante con especialidad en mariscos, con un menú no muy amplio pero de una exquisitez comprobada, su sopa de mariscos, sus jaibas rellenas, su guisado de salpicón de pescado y jaiba, sus mollejas, jaibas y camarones naturales cubrían el gusto del paladar conocedor y exigente”.

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“La Tamaulipeca” sirvió de inspiración a otros establecimientos que empezaron a incursionar con algunos productos, como la cantina “Cosmopolita” frente a la Plaza de Armas de la ciudad, que comenzó a dar en su “botana” camarones y jaibas naturales, ganando el gusto de sus parroquianos y atrayendo a más clientela.

Los restaurantes de pescados y mariscos no eran comunes

Don Adrián Pérez señaló que en esos tiempos la refrigeración no era muy común y sólo se utilizaba hielo para la conservación de los alimentos, por lo que era muy riesgoso iniciar un negocio donde se ofrecieran esos productos, pues se requería de un manejo muy especial para su conservación.

Indica que además existía una especie de veda popular, pues se decía que los meses de mayor calor que son mayo, junio, julio y agosto, que la gente identificaba como los que no tienen la consonante “r”, no era recomendable comer pescados y mariscos, porque se descomponían muy fácilmente y se corría el riesgo de una intoxicación que podía ser mortal y en especial con la jaiba.

Agrega que por eso “en esos años eran contados los establecimientos dedicados a la comida de esos productos, instalándose además de “La Tamaulipeca”, la fonda “Doña Mague” con especialidad en sus sopas de toda clase de mariscos, ubicada en la calle Altamira. Y al tener un éxito la venta de estos platillos surgió la sucursal y se instaló "La Nueva Tamaulipeca".

La nueva tecnología para la refrigeración hizo más fácil todo

Indica que alrededor de 1960, en los bares y cantinas ni esperanzas que se ofreciera algún platillo preparado a base de pescados y mariscos, ya que al ser la mayoría de españoles, lo que se servía en esos establecimientos era un menú de carnes picadas o embutidos, pues no se tenía la costumbre de ofrecer un menú con platos de productos del mar.

Sería ya muy entrada la década de 1960 que llega la tecnología con los adelantos en los sistemas de refrigeración, con equipos de uso de amoniaco, que algunos comerciantes se aventuraron a montar restaurantes con una dedicación absoluta a la preparación de platillos de mariscos, moluscos y pescados.

Expresa que entre los más populares estuvo "El Diligencias", en la esquina de César López de Lara y Héroes del Cañonero, de Ernesto “La Chita” Torres, quien llegó de Ciudad Victoria a dar un servicio con platillos ya más elaborados, después se agregaría "Del Mar" en la calle Aduana, de Diego Ariza Dubois, que como coincidencia también venía de Cd Victoria.

Copiando a "La Tamaulipeca" se popularizó el marisco

La llegada de nuevos procesos de refrigeración hizo que muchos de los establecimientos que ya ofrecían comida empezaran a manejar el menú de mariscos, sobre todo las cantinas y en algunas cafeterías, que vieron en ello una forma más de atraer a su clientela, además de que en ese entonces los productos abundaban y tenían un precio más barato.

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De los primeros bares que incursionaron con éxito una botana de pescados y mariscos, que fue donde se popularizaron estos platillos, fue "Cosmopolita", que introdujo los ostiones y el ceviche para ofrecer a sus parroquianos al mediodía, lo que ganó buena fama.

También estaba el "Isabel", en la calle Aduana casi esquina con Obregón, que se caracterizaba por tener las mejores jaibas naturales y mención a parte tiene "El Huasteco", en la esquina de Díaz Mirón y César López de Lara, que se ubicaba cerca de las oficinas de Pemex en el centro y a donde los petroleros llegaban a solicitar este tipo de platillos, con diversas especialidades.

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Después, la comida del mar sería la más popular en Tampico, representando una parte importante de su gastronomía y un emblema como el puerto jaibo y que además lo ha hecho internacional al crearse aquí diversos platillos a base de pescados y mariscos, que se volvieron famosos en varias partes del mundo.