Christopher Lee quería ser “Gandalf, el gris” en la adaptación cinematográfica de “El señor de los anillos”. El actor era aficionado a las novelas de J.R.R. Tolkien, hasta el punto de buscar conocer al autor en un pub de Londres cuando era joven. Sin embargo, contrario a sus deseos, terminó interpretando a “Saruman, el blanco”. La pregunta es: ¿por qué?
En 1998, Peter Jackson se encontraba en una antigua iglesia de estilo gótico en la capital de Reino Unido, realizando las audiciones para la primera parte de la trilogía de la Tierra Media, cuando, de las sombras del recinto, apareció Christopher Lee, actor conocido por su interpretación de “Drácula”, en la cinta de Terence Fisher de 1958.
De Gandalf a Saruman
Acorde a lo narrado por Peter Jackson en la entrevista que concedió en el 2015 a Entertainment Weekly (EW), Christopher Lee se presentó un día ante él y Fran Walsh, coguionista de las cintas junto con Jackson y Philippa Boyens, para solicitar el papel de Saruman.
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Al menos eso fue lo que creyeron Jackson y Walsh en un principio, solo para percatarse que Lee estaba realmente interesado en el personaje de Gandalf. Aunque intentaron convencerlo durante 30 minutos de cambiar de opinión, Lee insistió en presentar su audición como el mago gris y no como el mago blanco.
El problema es que Jackson y Walsh ya habían ofrecido el rol de Gandalf al actor Ian McKellen. Además, en cuanto vieron a Lee, tanto el director como la guionista, consideraron que sería un perfecto Saruman, el líder de los magos Istari, quien traiciona a los suyos para unirse con Sauron,“el Señor Oscuro”.
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Lee: fan de J.R.R. Tolkien
Cuando el libro “El señor de los anillos: la comunidad del anillo” de J.R.R. Tolkien se publicó en julio 1954, uno de sus tantos lectores, al parecer, fue Christopher Lee, quien en ese momento contaba con 32 años de edad.
Cuando en noviembre de 1954, el público conoció la segunda parte de la historia, con el nombre de “Las dos torres”, Lee leyó el texto encantado. De acuerdo a lo que declaró a Cinefantastique, en el 2003, “No había nada parecido a El señor de los anillos”.
En octubre de 1955, Tolkien publicó el final de la travesía del hobbit Frodo Bolsón, sobrino de Bilbo Bolsón, ambos vecinos de La Comarca, quienes eran los únicos seres que, en teoría, podían resistir el poder del Anillo Único: “Un anillo para gobernarlos a todos. Un anillo para encontrarlos, un anillo para atraerlos a todos y atarlos en las tinieblas en la Tierra de Mordor donde se extienden las sombras”.
Todo se resumió en un saludo
Cuando Lee conoció a J.R.R. Tolkien en el pub “The Eagle and Child”, ubicado en la calle St. Giles', frente al Saint John' s College, en Oxford, estaba tan asombrado por la capacidad intelectual del autor que, en teoría, solo atinó a decir: “¿Cómo estás?”.
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Tolkien formaba parte de un grupo denominado “Inklings”, quienes solían reunirse en dicho pub. Otro escritor que formaba parte de la asociación era C.S. Lewis, la mente detrás de “Las crónicas de Narnia”.
Esta fue la historia de Christopher Lee uno de los actores de ciencia ficción más conocidos en el mundo del cine, quien resultó ser un admirador de J.R.R Tolkien al punto que, en 1998, con 76 años, audicionó para el papel de “Gandalf, el gris”. No obstante, fue elegido como “Saruman, el blanco”. A decir de Jackson, Lee no veía en su personaje a un villano, sino solo a un hombre capaz de equivocarse.
