La 'Cueva del Negro' en el municipio de Pueblo Viejo es una leyenda que conjuga el misterio, el miedo, una supuesta riqueza en oro y el alma de un hombre asesinado que busca el descanso eterno recorriendo las calles del sector La Loma, en la zona norte de Veracruz.
La información difundida de forma oral entre los residentes del lugar, como Alfredo Ramos de la Rosa, cuenta que esta cueva pudo haber tenido cientos de años y alberga un enorme tesoro en monedas, joyas y lingotes de oro que fueron ocultos en esta caverna cuando piratas usaban estas tierras como refugio y depósito de los botines que obtenían producto de sus incursiones en mar y tierra.
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Para algunos la cueva existe desde antes de la fundación de Pueblo Viejo, tal y como hoy se conoce, cuando la zona era habitada por los indígenas, para otros, surgió en los albores del petróleo en la zona.
La entrada, actualmente tapada con toneladas de tierra, se ubica en lo que hoy es el sector La Loma, en Congregación Anáhuac, en el domicilio sin número de la calle Poza Rica.
Alfredo Ramos, residente de ese lugar relata que en su infancia, cuando pastoreaba un rebaño de cabras por todo ese sector enmontado, ya se hablaba de esa cueva y cuando sus chivas se acercaban al lugar, de inmediato las arreaba pues causaba temor la versión de la población que en la entrada a esa cueva se aparecía un hombre alto, con ropa de vestir y sombrero, que les llamaba con la mano.
Explicó que en una ocasión, armado de valentía por la presencia de otros infantes que se acompañaban, decidieron todos visitar la cueva e ingresaban a ella unos cuantos metros, era una entrada grande, y al acceder era necesario descender una escalinata de piedra donde bajaban aproximadamente unos dos metros para llegar al pasillo de la cueva y enseguida un encharcamiento producto de una manantial porque siempre había agua, añadió el testigo.
'Alguien' le pidió a su hijo a cambio del tesoro
Otra testiga de las apariciones del hombre es María del Socorro Vargas, vecina del lugar quien tiene su vivienda a un lado del predio donde se ubica el acceso a ese túnel.
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La mujer narró que pensaba que la leyenda se trataba solo de inventos y creencias de la gente, pero cambió de parecer hace más de 15 años, cuando recién llegó a vivir ahí. Estaba embarazada de su hijo mayor y decidió salir de su casa para dirigirse a la cueva para sacar un poco de agua.
Se introdujo y después de llenar su cubeta con agua que tenía un sabor a cobre o a metal, comenzó a sentir un ambiente extraño y la piel se le puso “de gallina”. De pronto levantó la cabeza y cerca de ella estaba el hombre quien le habló y le dijo que tenía para ella mucho oro que le daría, si a cambio le entrega a su hijo en cuanto naciera.
María del Socorro se asustó tanto que salió corriendo de la cueva como pudo y en sus prisas se dio un fuerte golpe en la cabeza con las piedras de la puerta, hasta llegar a su casa, donde asustada comprendió que quien le había hablado era "el Negro de la Cueva", se lo contó a su marido, quien dudó de la versión.
Tiempo después, cuando su hijo ya tenía siete años le decía a ella y a su esposo que veía a un señor grande cerca de la entrada de la cueva, y a pesar que les señalaba que ahí estaba, ellos nunca lo pudieron ver, aun cuando su hijo les decía que el sujeto estaba acompañado por varios niños.
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Se trata de una cueva excavada a mano
Quienes cuentan la leyenda dejan en claro que se trata de una cueva excavada por mano de hombre, para depositar un enorme tesoro por piratas y para que nadie lo robara asesinaron ahí mismo a una persona para que su espíritu se quedara a cuidar el material precioso.
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La creencia de la población es que ese hombre es 'el negro' que probablemente sacrificaron en el interior de la cueva para que su espíritu cuidara el tesoro y deambula en busca de quién pudiera suplirlo y librarse de esa atadura.
Los testigos también confirman lo dicho por María del Socorro Vargas, que el ente se aparecía a las embarazadas, a las que ofrecía un lingote de oro a cambio que le entregaran al hijo que esperaban.
La cueva conectaría Tampico con Pueblo Viejo
Margarito Sobrevilla, vecino del lugar explica que la entrada a la cueva es la parte más alta de la Congregación Anáhuac, donde nunca ha llegado el agua en las crecientes que se han presentado, pero recuerda que la entrada es una obra bien hecha, de piedra de aproximadamente tres metros de altura, piso de piedra en la entrada y una escalinata del mismo material que desciende unos dos metros.
Menciona que en alguna ocasión se introdujo a la cueva, avanzó unos pasos y logró ver que metros adelante la cueva era atravesada por otro túnel, una parte de este se dirige hacia el río Pánuco, que se cree es el que conecta a la ciudad de Tampico, a la altura de las escaleras conocidas como la Bajada de los Alemanes.
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En la parte contraria tiene salida hacia la laguna por la parte de Punta de Malagana, y la cueva que se dirige hacia Pueblo Viejo, dicen los que han conocido esta leyenda, tiene salida en el Barranco Amarillo, que se ubica hacia el sur de la zona urbana del municipio, sitio donde pescadores que atracan en busca de un descanso en horas de la madrugada han experimentado extrañas sensaciones y opresiones que han asustado al más osado.
