La seguridad en el mundo digital es una de las causas por las que algunos aún no se adentran a sacar el máximo provecho; pero hay que considerar que ahora nuestro cuerpo se ha convertido en la llave o contraseña de acceso a nuestros secretos digitales en la era de la biometria.
Parece muy lejano aquellos tiempos donde teclear una serie de dígitos o dibujar un creativo patrón en 3 columnas de 3 puntos era nuestra mayor defensa ante los curiosos, pero hoy basta con poner tu pulgar o asomar tu rostro para que puedas acceder a tu dispositivo móvil o hasta a tu cuenta del banco.
Estos avances tecnológicos han hecho que aquellas películas como Misión Imposible o las clásicas del 007, donde un láser tenía que leer el ojo de algún importante político para acceder a los datos secretos de un país que no puedes ni pronunciar, hoy lo hagas tú para ver tu estado de cuenta del banco.
La seguridad en el ojo
La recopilación de datos biométricos para seguridad se ha implementado desde hace mucho tiempo en bancos como tu huella digital para confirmar tu identidad, esto ya ha permeado al universo de los smartphones, pues ahora hasta el más regular de los equipos cuenta al menos con reconocimiento de huella digital.
“Los primeros intentos de biometría datan de los 70 con los primeros lectores de huellas dactilares, hoy hay biometría que es capaz de detectar quién, tal o cual persona, con cosas como su voz, su iris, su lengua, los polígonos de su rostro, y otras cosas como la complexión” explicó Eduardo de la Torre, especialista en tecnología.
A esto se le ha sumado una serie de recopilación de información nos ha ahorrado el tedioso proceso de recordar una complicada contraseña que se nos exigió poner y que además llega a ser tan complicada que ni nosotros mismos podemos recordarla.
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No se libra de los riesgos
Así mismo que se habla de los beneficios que existen gracias al uso de datos biométricos para la seguridad, esto no los exime de tener algunos riesgos, claro ejemplo que lo diferencia de una contraseña es que, en comparación con esta tus huellas y tu rostro, no los puedes cambiar.
Para muestra de que estos métodos no son infalibles, The Guardian en el 2015 compartió que se habían hackeado alrededor de 5 millones de huellas dactilares de agentes federales de Estados Unidos, esto comprometía la seguridad.
Y es que los tipos de riesgos no son ajenos a nosotros, pues algunos lectores de huellas digitales basta con extraer algun pulgar de tu taza de café, de tu teclado del trabajo y tampoco estaría muy descabellado pensar en la amputación de un organo para escanear.
A mayor temor, mayor protección
Lamentablemente en la actualidad los hackers han desarrollado una habilidad impresionante para robar información y tus datos, para ello las mismas empresas y portales han tenido que recurrir a diversos filtros de seguridad, la contraseña, tu huella, digital, un pin y hasta la verificación en dos pasos.
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“Los gestores de contraseña pueden ser una buena alternativa para aquellas personas que les cuesta pensar en alguna o recordarla, usar una frase que tenga un significado para ti también es algo provechoso, pero jamás utilices la misma contraseña para todo” concluyó el entrevistado.
Como sabemos la tecnología avanza, pero esto no quiere decir precisamente que sea bueno, en las manos que caiga puede ser tu salvación o tu perdición, usar las redes con responsabilidad y prudencia te ayudarán a cuidar tu información, siendo que la contraseña eres tú.