El mundo la conoció el 01 de enero de 1996, cuando entró en circulación. Miembro de la familia C del Banco de México, la iconografía de la moneda de dos pesos tiene más secretos de los esperados. Elaborada mayoritariamente de cobre, con un peso de poco más de cinco gramos, la pieza es una representación parcial de la Piedra del Sol. ¿Sabes lo que guardas en tu bolsillo?
De acuerdo al Banco de México (Banxico), la moneda de dos pesos tiene un peso total de 5.19 g, con un diámetro de 23 mm, está fabricada con una aleación conjunta de bronce-aluminio y acero inoxidable. Su anillo perimétrico custodia a 10 dioses y figuras aztecas. ¿Quieres saber cuáles son?
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Una representación parcial de la Piedra del Sol
El portal de Banxico indica que en el reverso de la moneda de dos pesos se encuentra, cita textual, “una estilización del Anillo de los Días de la Piedra del Sol”. Ello significa que en lugar de contener los 20 días originales del calendario Xihuitl, solo guarda 10.
Acorde al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), museo que preserva y exhibe el Calendario Azteca, la piedra de 24 toneladas, con data de 1479, tenía tres funciones principales en la civilización mexica.
Primero, llevar la cuenta de los días y de los destinos de la humanidad (Tonalpohualli). Segundo, establecer un calendario solar de 365 días, 18 meses y 20 días (Xihuitl). Tercero, servir como piedra para los sacrificios al Quinto Sol.
Iconografía de una moneda de dos pesos
Toma una moneda de dos pesos en tus manos. Acorde al Banco de México, en el reverso, en la parte de bronce, vas a encontrar el signo de pesos, la denominación de la moneda, la fecha de acuñación y el símbolo de la Casa de la Moneda de México.
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Ahora posa tu vista en el anillo perimétrico de acero inoxidable. En la parte superior del número 2, aguarda la diosa Xochiquetzal, representada con una flor (xóchitl). Ella era la divinidad de la belleza, el amor y las artes.
A la derecha de Xochiquetzal, encuentras al dios Chalchiuhtotolin personificado como un pedernal (Técpatl). Deidad relacionada con las plagas y las enfermedades.
Después está el dios Xólotl, simbolizado con ollin (movimiento), figura de fuegos y relámpagos. Prosigue Cuauhtli, cuya figura es un águila y es la deidad de la vida, la muerte y la resurrección, que también toma el nombre de Xipe Totek.
A su lado se encuentra Tlazolteotl, un jaguar (océlotl), quien es la diosa de la lujuria. Más adelante está Tezcatlipoca, asociado con el Sol, personificado como una caña (ácatl). Seguido de Xiuhtecuhtli, dios del calor, representado con agua (alt).
Después está el signo de la muerte, Miquiztli, como referencia a Tecciztecatl, deidad de la soberbia. Es un recuerdo de lo que pudo ser y no fue.
En penúltimo lugar, se sitúa la serpiente (cóatl), como referencia a Chalchihitlicue, diosa de los lagos. Por último, se localiza el signo de una casa (calli), en alusión a Tepeyollotl, dios de los ecos, las montañas y los temblores.
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Dato curioso: el calendario Xihuitl está integrado, como se mencionó con anterioridad, de 365 días, 18 meses, 20 días y cinco “nemontemí”. Los “nemontemí” eran días considerados nefastos o faltos de provecho, para los mexicas.
Debido a la iconografía de la moneda de dos pesos fabricada y distribuida por el Banco de México, podemos decir que guardamos la Piedra del Sol en nuestro bolsillo (o al menos una representación parcial de ella).