Apariciones de dos niños durante el día y voces de una mujer durante la madrugada, son las secuelas que siguen presentándose en el domicilio donde hace tres años fueron privados de la vida una joven madre de familia y sus dos hijos, vivían en el Fraccionamiento Haciendas II, en la ciudad de Altamira.
El crimen que conmocionó a la sociedad no solo de Altamira sino de toda la zona sur de la entidad, ocurrió en calle Navarra en el fraccionamiento Haciendas II.
Hoy en día, vecinos que no vivían en ese lugar padecen de la situación que exponen puedan ser por los lamentables hechos, de aquella una madrugada del miércoles 10 de marzo del año 2021, en la que piden ayuda.
“A uno de mis nietos que juega durante el día y debajo de la sombra y en la que existe un pequeño altar, debajo de la escalera que viene a colocarle sus familiares, me dicen que han visto a dos niños que sale de entre los departamentos de ese edificio invitándolos a jugar”, indicó Gabriela Pérez Hernández vecina donde se registraron los lamentables hechos.
Niños supuestamente juegan con entes
Además, los niños han dicho a sus padres que esa niña y niño se ponen a jugar con ellos y de repente se van y ya no aparecen debajo de la sombra de ese árbol que es un Nim y argumentan que se meten a los departamentos.
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Pero además la vecina agregó que durante las noches se escuchan gritos de una mujer como si tratará de pedir auxilio, “me dicen otros vecinos de la cuadra que son los gritos de la muchacha que era mamá y que fue asesinada junto con sus dos hijos por dos mujeres que las mataron con cuchillos”.
La misma versión fue contada por otros vecinos del departamento donde se registraron los hechos y que fueron entrevistados un año después de la tragedia, actualmente ya no viven en el lugar.
El departamento está deshabitado y desvalijado
En la actualidad el departamento donde se registró el triple homicidio ha sido desvalijado de puertas, ventanas y todo lo que había en su interior, pero ese espacio habitacional al estar en un edificio cuádruple los otros tres se encuentran deshabitados y completamente abandonado, lucen en el olvido y se percibe un escenario triste.
Desde antes de la tragedia, tres de los cuatro departamentos que conforman el edificio cuádruple estaban deshabitados, solo uno estaba habitado y era la joven madre de familia de 32 años de edad y sus dos hijos, una niña de 5 años y un niño de 8 años que fueron asesinados a cuchilladas por dos mujeres.
En la parte baja de la escalera que conduce a la segunda planta de dichos departamentos, existe un pequeño altar junto con la fotografía de la mamá y sus dos hijos que fueron privados de su vida por dos mujeres, ahora presas, desconociéndose si están en Altamira o en un municipio del sur de Veracruz en la que habían acudido a esconderse, la Fiscalía General de Justicia de Tamaulipas (FGJT) siempre ha guardado las reservas del caso.
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“Esas almas aún no tienen descanso eterno, por eso andan penando por aquí, tenemos entendido que sus familiares vienen a arreglarles el altar y a conservar el lugar, no sabemos de quienes son esos departamentos, todo luce abandonado en la actualidad, creemos que tal vez poniendo agua bendita pudiera ayudarles”, agregó Gabriela Pérez Hernández.
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Los cuerpos de la mamá y sus dos hijos fueron sepultados a más de 20 kilómetros de donde se registró el crimen, específicamente en el panteón municipal “Benito Juárez”, localizado en el ejido del mismo nombre.
