Un rescate arqueológico que se realizó en la exhacienda El Naranjo, más conocida en Tamaulipas como el Castillo de Nueva Apolonia, han traído de vuelta la historia de una de las familias más influyentes en la vida económica, social y cultural tanto de San Luis Potosí como de nuestra entidad durante el porfiriato. Aquí te contamos la historia.
VANDALIZARON EL SITIO
El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en Tamaulipas dio a conocer que en 2019 atendió una denuncia de saqueo ocurrido en el castillo, la destacada edificación que se alza en la comunidad Nueva Apolonia, del municipio cañero de El Mante.
El expolio fue realizado en la capilla de los Sáinz-Trápaga Zalvidea, familia que a finales del siglo XIX habitó en la ex hacienda.
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El equipo de antropólogos y arqueólogos del INAH Tamaulipas arribó al pequeño recinto religioso acompañados de autoridades ejidales y municipales. Allí se percataron que era evidente que el sitio había sido vandalizado.
El sepulcro fue dañado y la cripta fue abierta para sustraer los bienes que se hallaban en su interior. “Solo quedó un crucifijo de metal y despojos de un relicario”, señalaron.
“Fue lamentable observar la destrucción del último viso de arte funerario en nuestro estado, que emulaba una de las más solemnes prácticas del medievo europeo”, expresaron.
DESCUBREN UNA URNA
Entre los escombros del mausoleo también hallaron una urna metálica de forma rectangular que contenía restos óseos en relativo buen estado de conservación, y los especialistas alcanzaron a distinguir un cráneo y una serie de huesos largos.
“Mediante cribado, fue posible recuperar los restos óseos removidos, incluso los más pequeños como vértebras, costillas y falanges. Estos materiales fueron embalados y etiquetados conforme su identificación anatómica, para trasladarlos al Laboratorio de Osteología del Centro INAH Tamaulipas”, informaron.
REVELAN SU IDENTIDAD
Ya que en la entrada del recinto se encuentra una inscripción que indica que doña Joaquina Sainz Trápaga edificó la capilla para depositar los restos de su familia, a los investigadores les tocó revelar a qué miembro de esta estirpe pertenecía el material ósea que encontraron.
Sus análisis hallaron que se trataba de una mujer de entre 70 y 80 años que padecía procesos degenerativos propios del paso de la edad, como artritis reumatoide.
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“Con dichos datos puntuales, y siguiendo la línea parental de los Sáinz-Trápaga, estos apuntaban a un solo personaje: Modesta Delfina Zalvidea Castillo de Sáinz-Trápaga, madre de doña Joaquina Sáinz-Trápaga de Meade”, concluyeron.
¿QUIÉN FUE DOÑA MODESTA?
Doña Modesta fue la esposa de don Ángel Sainz Trápaga, uno de los más acaudalados comerciantes de Tampico en la segunda mitad del siglo XIX, y quien adquirió la hacienda El Naranjo para su hija Joaquina.
Doña Modesta fallecería el 10 de febrero de 1917, a los 70 años, edad que coincide con los resultados del análisis osteológico elaborado por el antropólogo Ernesto Velasco.
De acuerdo con el historiador Joaquín Meade -nieto de doña Modesta, y pionero en el estudio de la Huasteca- la exhacienda contaba con 55 mil hectáreas y tuvo huéspedes distinguidos como el aviador Charles Lindbergh, o estrellas de Hollywood como Gary Cooper, e incluso Porfirio Díaz.