El conocido dragón azul o por su nombre científico glaucus atlanticus ha causado sensación por su aspecto tan único, pero también es un ejemplar letal para el ser humano.
Además de que parece un Pokémon, esta especie tiene otras características, por ejemplo, puede medir de tres a cuatro centímetros de largo, su cuerpo tiene forma de tronco de cono y es aplanado con seis apéndices, tres a cada lado del cuerpo, y cada uno más pequeño que el anterior, adicionalmente, estos apéndices se ramifican en rayos cerata, que son una especie de tentáculos.
En su parte dorsal presenta una coloración azul plateada, además de un azul pálido, y posee rayas azules oscuras o pueden ser negras a lo largo del pie, esta curiosa mezcla de colores permite que se camuflaje, ya que mirando desde arriba su vientre se confunde con los reflejos del agua y viéndolo dese abajo se confunde con la superficie del mar.
Una de las características de este animalito es que tiene una bolsa de gas en su estómago, lo que le ayuda a flotar al revés y así evitar que salga de la superficie del agua. Adicionalmente, en su cabeza pequeña tiene cuatro tentáculos cortos y finos, también tiene dientes con rádula, los cuales se asemejan a espadas.
ALIMENTACIÓN Y HÁBITAT DEL GLAUCUS ATLANTICUS
Es un animal carnívoro, come otros moluscos y medusas, principalmente carabelas portuguesas, las cuales son una especie de medusas venenosas, además, son mucho más grandes que ellos, y te preguntarás entonces, ¿cómo logra atraparlas?, pues se debe a que el dragón azul es inmune a sus toxinas.
Cuando se alimenta de las carabelas portuguesas este almacena sus toxinas en una dosis más potente en las puntas de los rayos para usarlas en defensa propia. Adicionalmente, si se encuentran en una situación de extrema necesidad se pueden volver caníbales.
Esta especie se encuentra en la mayoría de mares y océanos, pero en aguas templadas y tropicales, su población es numerosa, por lo que se considera como una preocupación menor.
Suscríbete a la edición digital de El Sol de Tampico aquí
Tocarlo puede resultar en un desenlace fatal tras su picadura dolorosa, con síntomas similares a los de la carabela portuguesa como náuseas, dolor, vómitos, alergia aguda, erupciones y urticarias, etc.