Giovanna Estefanía Reyna Reyes es pastora de una iglesia cristiana, pero además es mamá de tres niñas, emprendedora y estilista, en este Día Internacional de la Mujer pide a las mujeres amarse a sí mismas.
En entrevista con EL SOL DE TAMPICO, la dirigente religiosa de 31 años de edad aseguró que su fe le permite ser una mujer libre, feliz y empoderada.
¿Cómo surge la idea de ser pastora?
ER.- Siempre fui marcada por Dios porque desde chiquita yo iba a las escuelitas dominicales, siempre me llamaron la atención las cosas de Dios y ahora que Dios me llamó estoy más entregada.
Vengo de unos padres divorciados, mi mamá como que entró en depresión y pues yo andaba mal, pero cuando Dios dice eres mía, es por que así es y Dios hizo un giro en mí.
Me casé a los 16 años. Cuando me casé, conocí a Dios, desde ese momento Dios tocó mi vida, llegó a mi corazón y yo me dije quiero servir a Dios, yo quiero predicar.
Hay quienes creen que las mujeres dentro de una religión tienden a ser sometidas. ¿qué piensas al respecto?
ER.- Hay muchas falsas ideas, yo pertenezco a la Iglesia Cuadrangular Cristiana y mujeres como hombres, todos son bien recibidos, yo personalmente estoy en la entrada para recibirlos.
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Acá a las mujeres las motivan para que le echan ganas, no es porque seas mujer que vamos a estar sentadas en una banca. Dios no ve tu forma de vestir, ve tu corazón, Dios nos da la libertad.
En el cristianismo hay muchas personas que tienen miedo, que no se quieren acercar a una iglesia cristiana porque piensan que a las mujeres no nos dejan hacer las cosas, pero yo aquí no he conocido eso. Al contrario, nos motivan a estudiar.
Están llegando jóvenes, como que se está levantando el interés en los jóvenes y cuando predicamos no hacemos diferencias entre si es pastora o pastor. No hay distingo, la iglesia es totalmente abierta, apoyo al hombre y a la mujer.
Soy mamá de Key, de dos años; Keren de 11 y Karen de 7, a ellas las motivo para que aprendan de todo, van a clases de música de distintos instrumentos, que sepan que ellas tienen la capacidad.
¿Cómo te preparas para ser pastora?
ER.- Estoy estudiando en un Instituto Bíblico, son tres años, llevas varias materias, fundamentos de fe y después de los tres años te recibes y te dan un reconocimiento.
Estudiamos homilética; te enseñan a acomodar un sermón, te dan los pasos para saber desarrollar un sermón. Yo no sabía, yo estudiaba y me preparaba pero no sabía los pasos de cómo hacerlo.
Te dan clases de fundamentos de fe, te hablan sobre la oración, el significado de la Santa Cena, te hablan sobre el diezmo.
¿En la Biblia dónde ves reflejadas a las mujeres?
ER.- En el libro de Lucas, capítulo 10, versículo 38 al 42, se narra la historia de dos hermanas Marta y María. Jesús llega a la casa de ellas y mientras Marta se apura a hacer quehaceres, María se sienta a escucharlo.
María nos enseña la actitud del verdadero discípulo, sentarnos a los pies de Jesús para escuchar su palabra, María se sentó para escuchar, dio preferencia a lo que realmente merecía la pena oír, la palabra de la vida eterna, permanecer a los pies de Jesús.
Desde tu fe, ¿cuál es el mensaje que le das a las mujeres?
ER.- Hay un versículo en la Biblia que nos habla de que para Dios somos mucho más, más valiosas que cualquier joya preciosa.
Muchas veces las mujeres no nos sentimos valoradas, tal vez un hombre te ha hecho sentir menos pero no es así, somos muy valiosas.
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Muchas veces las mujeres somos lastimadas, pisoteadas, pero el ejemplo que yo les pongo es que debemos aprender a valorarnos y no depender sólo del hombre.
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A veces tenemos miedo de que nos rechacen, yo invito a las mujeres a que busquen su fe, porque a veces nos sentimos solas pero hay alguien verdaderamente que nos escucha. Muchas veces dependemos del hombre pero tenemos que darnos la oportunidad de creer que nosotros podemos, las mujeres con fe somos inquebrantables.