Es mediante la aguja y la tinta que Fernanda Álvarez Ramírez plasma su amor por México llevando a otro nivel los tradicionales diseños de bordado.
Ella es una joven que se dedica a la pintura, la ilustración y al oficio de tatuadora, conquistando con su empeño, esmero, pero sobre todo su talento a miles de internautas quienes la reconocen debido a su destreza y sus increíbles trabajos.
Con una técnica muy particular ella asemeja el bordado mexicano trazando desde coloridos colibríes, pájaros y flores hasta complejas calaveras sobre la piel de sus clientes.
A través de su página de Facebook @Fernandaalvareztattoo y de su Instagram @fertattoo2406, la chica de 29 años ha compartido su participación en diversas convenciones y exposiciones tanto en territorio mexicano como en Estados Unidos, donde actualmente radica.
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SU ABUELITA LE ENSEÑÓ LA TÉCNICA DEL BORDADO
La primera vez que vio de cerca un bordado fue durante una visita a la casa de su abuela, quien vivía en un pueblito y fue quien le enseñó a plasmar sus propios diseños a través de la aguja e hilos.
Durante la preparatoria fue conocimiento de más técnicas como el óleo, la acuarela y el guache, fue así que se fue alejando poco a poco del bordado.
Fernanda pretendía entender su entorno, por lo que estudió la carrera de Psicología, pero como el arte seguía muy latente decidió estudiar una segunda licenciatura al mismo tiempo, por lo que entró a Artes Plásticas y Visuales, lo que resultó muy gratificante para ella.
Pronto sus amigos y conocidos le pedían que los tatuara, fue así que decidió comenzar en esta área, y al considerarse una persona autodidacta, aunado a que no conocía a ningún tatuador fue como sola comenzó a aprender, se compró su primer kit y ensayó con piel sintética y naranjas.
La joven que apenas pasa los 30 años explica que su conejillo de indias fue su hermana, con ella fue practicando, ya que existen dificultades al tatuar por la piel que se inflama y sangra.
SU LEJANÍA DE MÉXICO LA IMPULSÓ PARA TATUAR EL ESTILO BORDADO
Al irse a vivir al extranjero cuenta que la nostalgia la invadió, por lo que buscó reencontrar su identidad y sus raíces en el arte, así que poco a poco fue incorporando elementos representativos de México a sus tatuajes, entre ellos, el bordado mexicano.
Su primer tatuaje bordado explica que fue un diseño floral muy colorido, el cual le hizo recordar los tiempos cuando bordaba con su abuelita en aquel pueblito.
El resultado del tatuaje la dejó con gran satisfacción, por lo que así decidió buscar a más personas que quisieran impregnar en su piel esta técnica.
Con información de Iveth García.