Desde estar involucrados en la creación de vehículos militares para la Alemania Nazi, manejar sus propios diseños en carreras para probarlos, crear uno de los modelos más populares en el mundo y erigir una de las compañías más exclusivas del diseño automotriz, todo nacido de la mente de Ferdinand Porsche.
El ingeniero austrohúngaro nació un 3 de septiembre de 1875 en Maffersdorf, donde es actualmente Liberec, perteneciente a la República Checa, ciudad donde desarrolló su interés por la tecnología, comenzando a experimentar con baterías, las cuales despertaron un talento en él para la ingeniería.
TALENTO Y DEDICACIÓN AL SERVICIO DE LAS CARRERAS
Una anécdota que hace referencia a su férrea voluntad por decidir hacer lo que le gustaba y la pasión que ponía en ello, en sus primeros años lo llevaron a instalar luz en su propia casa, se le consideró un prodigio, y ese talento lo llevó unos años después a ser reconocido por las grandes compañías de ese tiempo.
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Su avance por el aprendizaje y la tecnología lo catapultaría al grado que en el 1900 a la edad de 25 años apareció en el foco mundial al presentar su primer coche el Lohner-Porsche, un auto con cuatro motores eléctricos en la Exposición Universal de París.
Ferdinand estaba convencido de que debía probar sus vehículos en los más altos estándares de calidad, las carreras, por eso él mismo se ponía tras el volante para después aplicar sus conocimientos aprendidos en las competencias en su puesto como diseñador de autos de carreras para la empresa Austro-Daimler.
Muchos de sus diseños con el pasar de los años demostraron su eficacia al ganar los primeros podios en competencias grandes, lo que llamaría la atención de un personaje popular, pero infame de la historia, quien se interesaría por sus conocimientos y que de la mano darían vida a un coche icónico en todo el mundo.
“UN VEHÍCULO PARA EL PUEBLO” NACE EL VOCHO
En 1933, apoyado por el Tercer Reich, se le fue encargado a Ferdinand el diseño y producción del que sería conocido como el "vehículo del pueblo", que estuviera al alcance de todos, que pudiera soportar un trato brusco y fácil de reparar.
Todo esto a petición del propio Adolf Hitler, quien le exhortaba a mantener una línea bella y aerodinámica, siendo que el propio ingeniero ya tenía previsto un automóvil de características similares salvo que no era posible por no contar con recursos que ahora venía a aportar el Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán.
Da una nota amarga para muchos que Ferdinand Porsche, el creador de uno de los coches que pertenecieron a las memorias de generaciones haya sido financiado por uno de los protagonistas de los acontecimientos más oscuros de la historia de la humanidad.
