Desde el 15 de agosto de 2021, el régimen talibán gobierna de nueva cuenta en Afganistán. De acuerdo a su ideología, los derechos de las mujeres son limitados. Por tanto, impiden su participación en la vida política del país y les prohíben estudiar más allá del sexto año de primaria. Sin embargo, ellas desobedecen las órdenes y asisten a escuelas clandestinas.
El departamento de Igualdad de Género y el Empoderamiento de la Mujer de la Organización de las Naciones Unidas (conocido como ONU Mujeres) informa de las condiciones de vida del género femenino en el país asiático: se les obliga a vestir burka, permanecer en el hogar y, en caso de salir, dependiendo de la distancia, requieren de la compañía de un hombre.
Escuelas clandestinas
El artículo “Las niñas que desafían el veto del Talibán en las escuelas secretas de Afganistán”, escrito por Sana Safi para la BBC, informa de la existencia de centros educativos clandestinos dirigidos por y para las mujeres.
A pesar de la prohibición a la educación y a la libre expresión, las mujeres en Afganistán persisten su cometido de aprender lo más que puedan. Acorde al reportaje de la BBC, muchas de ellas ambicionan cursar una carrera universitaria en el campo de la medicina e ingeniería, o transformarse en diplomáticas.
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La reportera Sadi pudo presenciar un salón de clases oculto, donde más de 30 niñas reciben clases de biología, idiomas (inglés), química, física y filosofía. Lo hacen únicamente por amor al estudio.
Sin importar cuánto se esfuercen estas alumnas, no van a recibir un título educativo que acredite su enseñanza. Para las autoridades de Afganistán, las mujeres no tienen derecho a pensar.
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Desafío a las normas
Pashtana Durrani es una profesora y activista social oriunda de Afganistán.
Cuando en el 2021, los talibanes prohibieron el acceso al conocimiento a las mujeres mayores de 12 años, Durrani comenzó una red clandestina de educación llamada: “Learn Afghanistan”. Actualmente, están matriculadas cerca de 230 estudiantes.
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Cientos de mujeres continúan enseñando y aprendiendo en escuelas clandestinas en Afganistán, a pesar del peligro de ser encontradas y torturadas por el régimen talibán. Su desobediencia civil les puede acarrear severas sanciones, aun así, ellas persisten en su cometido. Van a estudiar, aunque sea a escondidas, aunque implique arriesgar sus vidas.